El condado rumano de Dolj, en el suroeste del país, sufre una grave sequía. Los habitantes de Teascu din Deal recorren largas distancias en busca de agua, enfrentándose a diario a duras condiciones.
Rumanía está sintiendo los duros efectos de la reciente subida de las temperaturas en toda Europa, ya que la sequía ha afectado gravemente a la vida cotidiana, especialmente en el condado suroccidental de Dolj. En el pueblo de Teascu din Deal, los habitantes se enfrentan a diario al reto de encontrar agua. Muchos recorren largas distancias a pie hasta los manantiales o pozos, y cargan pesados bidones o barriles de cinco litros de vuelta a casa.
Nicolae Nițuleasa, residente en Teascu din Deal, es uno de los que deben recorrer largas distancias para llegar a un manantial perforado por el ayuntamiento. Sin embargo, el caudal se ha reducido a un hilo, por lo que personas como él tienen que esperar largos periodos para llenar una sola botella.
Otros se ven obligados a caminar aún más, a veces por senderos abruptos del bosque, arriesgándose a derramar el agua en el viaje de vuelta. "Es duro con el calor, sobre todo sin agua", dice Nițuleasa. "Cuando llego a casa, el agua ya no está fría". Las 50 familias de Teascu din Deal comparten esta penuria. Algunas han recurrido a recoger agua de lluvia para completar el suministro.
"Construimos un depósito y recogemos agua de lluvia, pero durante la sequía es muy difícil", explica Ruxandra Boltașu, de la cercana Argetoaia. Otro vecino de Argetoaia, Bălă Marin, añadió: "Instalamos canalones y un depósito de una tonelada para recoger agua para nuestras gallinas y verduras." Las autoridades locales reconocen la gravedad del problema, pero afirman que las opciones son limitadas.
"No hay otra solución para la población local", declaró a 'Euronews' Rumanía la alcaldesa de Argetoaia, Elena Dabega. "La semana que viene, el alcalde dispondrá maquinaria para esparcir piedras y mejorar el acceso al pozo". La crisis del agua en Rumanía se extiende hasta el valle del río Danubio, donde los pozos también se han secado y los residentes dependen de un suministro municipal de agua limitado.
"Compro agua porque la necesito para cocinar", dijo un residente a 'Euronews'. Otro describió la situación como "pura pobreza", comparándola con el desierto del Sahara, ya que las bombas y los sistemas de abastecimiento de agua no cubren las necesidades básicas. Según la Administración Meteorológica Nacional de Rumanía, un tercio del país está sufriendo la última sequía extrema.