El nivel del agua en el Danubio y el Tisza también está bajando. Debido al calor y la sequía, el caudal de los ríos es mucho menor. Esto está ralentizando el transporte fluvial y encareciendo considerablemente su coste.
El calor extremo y la sequía en Hungría están teniendo graves consecuencias. El nivel de los principales ríos ha descendido drásticamente, con un 40 % menos de agua fluyendo hacia el Danubio y un 60 % menos hacia el Tisza desde sus cuencas que hace unas semanas. Esto también está teniendo un impacto significativo en el transporte marítimo europeo, ya que ambos ríos son importantes rutas de transporte en el continente.
Según el portavoz del Gobierno húngaro, los costes del transporte fluvial podrían duplicarse debido a que a los cargueros se les cobra un recargo incluso cuando no están completamente cargados. Cuando el nivel del agua es bajo, solo pueden utilizar el 30%, o como máximo el 40%, de su capacidad.
El nivel del agua en el tramo búlgaro del Danubio también ha bajado considerablemente, por lo que los transbordadores entre Bulgaria y Rumanía no funcionan. El lago Srebarna tampoco recibe suficiente agua; algunas partes se han secado. Por ello, las autoridades búlgaras han anunciado una operación de emergencia: se está bombeando agua del Danubio al lago para salvar la fauna local.