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El cambio climático intensificó los incendios forestales mortales en Turquía, Grecia y Chipre

Los residentes intentan extinguir las llamas en el pueblo de Omodos, Chipre, durante un incendio forestal de grandes proporciones en el sur de la isla del Mediterráneo oriental.
Los residentes intentan extinguir las llamas en el pueblo de Omodos, Chipre, durante un incendio forestal de grandes proporciones en el sur de la isla del Mediterráneo oriental. Derechos de autor  AP Photo/Petros Karadjias
Derechos de autor AP Photo/Petros Karadjias
Por Rosie Frost
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Los investigadores descubrieron que las condiciones meteorológicas que provocaron los mortíferos incendios de Turquía, Grecia y Chipre eran más intensas debido al cambio climático. Esperan obtener resultados similares del análisis que están realizando de los incendios en España.

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Las condiciones meteorológicas que alimentaron los mortíferos incendios forestales de Turquía, Grecia y Chipre fueron más intensas debido al cambio climático, según un nuevo estudio.

El análisis de World Weather Attribution (WWA) muestra que las condiciones de calor, sequedad y viento, que impulsaron la propagación de las llamas en los tres países, fueron alrededor de un 22% más intensas debido al cambio climático provocado por el hombre.

Los datos confirman que 2025 ha sido el peor año de incendios forestales en Europa, con más de un millón de hectáreas quemadas. Hasta el 26 de agosto, las llamas habían arrasado una superficie mayor que la de Chipre y superior a la de cualquier otro año registrado, según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).

Los investigadores advierten de que el riesgo de incendios más grandes y difíciles de controlar seguirá aumentando si el mundo continúa quemando combustibles fósiles. Estos incendios simultáneos ya están poniendo a prueba los recursos de extinción de incendios, y los fenómenos más intensos están superando los esfuerzos de adaptación.

"Estos resultados son preocupantes. Hoy en día, con 1,3 °C de calentamiento, estamos asistiendo a nuevos extremos en el comportamiento de los incendios forestales que han llevado a los Bomberos a su límite", afirma Theodore Keeping, investigador del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres.

"Pero nos dirigimos hacia los 3 °C este siglo, a menos que los países abandonen más rápidamente los combustibles fósiles".

El cambio climático prepara el terreno para incendios forestales mortales

En junio y julio se declararon cientos de incendios forestales en el Mediterráneo oriental. Turquía fue el país más afectado, con 17 víctimas mortales, entre ellas bomberos que murieron cuando los vientos cambiaron repentinamente de dirección, dejándoles atrapados por las llamas.

Dos personas murieron en Chipre y una en Grecia. En los tres países, más de 80.000 personas tuvieron que ser evacuadas.

Según los investigadores, el cambio climático preparó el terreno para estos incendios en Turquía, Grecia y Chipre al influir en el clima en los meses, semanas y días previos.

Las precipitaciones totales durante el invierno en la región han disminuido alrededor de un 14% desde la era preindustrial, antes de que el ser humano empezara a quemar combustibles fósiles. Esto ha dado lugar a condiciones más secas en verano que, combinadas con un intenso calor seco, han preparado a las plantas para arder.

Según el análisis, una semana de condiciones "altamente evaporativas", que provocan que las plantas se sequen, es ahora un 18% más intensa y 13 veces más probable debido al cambio climático.

A continuación, los investigadores analizaron la combinación de condiciones cálidas, secas y ventosas que impulsaron la caótica propagación de los incendios. Sin el cambio climático, estos fenómenos sólo se producirían una vez cada cien años. Pero en la actualidad, con un calentamiento de 1,3 °C, se espera que se produzcan una vez cada 20 años.

En general, estas condiciones propensas a los incendios son 10 veces más probables y un 22% más intensas debido al cambio climático.

Por último, examinaron los vientos extremos del norte, conocidos como vientos etesios. Observaron un aumento de la intensidad de los sistemas meteorológicos de alta presión, como el que provocó los devastadores incendios. Los resultados concuerdan con investigaciones anteriores realizadas en la región, según las cuales los vientos que avivan los incendios son cada vez más intensos.

Los incendios en Europa pueden desbordar la lucha contra el fuego

La WWA advierte de que, con cientos de incendios forestales que se producen al mismo tiempo en toda Europa, los recursos para la lucha contra el fuego ya están sobrecargados con 1,3 ºC de calentamiento global.

Hasta el 21 de agosto, el Mecanismo de Protección Civil de la UE, que coordina la ayuda en situaciones de emergencia, se había activado 17 veces por incendios forestales este año, incluyendo Grecia, España, Bulgaria, Montenegro y Albania en el transcurso de sólo una semana.

"A la temporada de incendios aún le quedan semanas en Europa, pero ya es la peor del continente jamás registrada, con más de un millón de hectáreas quemadas", afirma Clair Barnes, investigadora del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres.

A la temporada de incendios aún le quedan semanas en Europa, pero ya es la peor del continente jamás registrada
Clair Barnes
Investigadora del Centro de Política Medioambiental del Imperial College

España y Portugal han sido los países más afectados, con cerca de dos tercios de la superficie total quemada en la UE este año. Según los datos de EFFIS, entre el 5 y el 19 de agosto se produjo un fuerte aumento, periodo que coincidió con una ola de calor de 16 días en la Península Ibérica.

La doctora Barnes añade que la WWA ya ha iniciado un rápido análisis de los incendios forestales en España, y esperan encontrar allí también las huellas del cambio climático.

A medida que el clima se calienta, los investigadores afirman que cada vez más países europeos tendrán que hacer frente a incendios forestales que agotan los recursos. En algunos lugares se corre el riesgo de que los incendios extremos desborden los esfuerzos de adaptación.

En Turquía, Grecia y Chipre, un calentamiento de 2,6 ºC, que es lo que se espera con las actuales políticas climáticas mundiales, haría que los periodos de calor intenso, sequía y viento fueran nueve veces más probables y un 25% más intensos.

Bikem Ekberzade, investigador del Instituto Eurasia de Ciencias de la Tierra de la Universidad Técnica de Estambul, explica que los incendios forestales en Turquía alcanzaron un pico inesperado en junio de este año, cuando la temporada suele situarse en las cuatro semanas que van de mediados de julio a mediados de agosto.

"Las igniciones humanas fueron la causa principal, mientras que las condiciones meteorológicas -especialmente las altas velocidades del viento en superficie- contribuyeron a la rápida propagación y gravedad de los incendios".

Cuando la vegetación está seca y los vientos son fuertes, una sola ignición puede convertirse rápidamente en un gran incendio forestal difícil de controlar, añade el doctor Ekberzade. "Y en un mundo que se calienta, con más solapamiento entre zonas urbanas y silvestres, los incendios más grandes, graves y mortales podrían convertirse pronto en la norma".

¿Puede Europa adaptarse al creciente riesgo de incendios forestales?

El estudio subraya la necesidad de adoptar medidas con visión de futuro para reducir el riesgo de inicio y propagación de incendios forestales.

En la actualidad, las estrategias de Turquía, Grecia y Chipre se centran en la extinción de incendios con grandes dotaciones del Cuerpo de Bomberos y flotas de aviones y helicópteros que lancen agua. Casi 650 bomberos de 14 países diferentes fueron desplegados antes de la temporada de incendios en zonas de alto riesgo.

"Incluso con cientos de bomberos desplegados previamente, refuerzos de países vecinos y aviones, las llamas han sido devastadoras", afirma Maja Vahlberg, asesora técnica del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

La WWA afirma que, aunque los despliegues internacionales de este tipo seguirán siendo necesarios, hay que centrarse más en la prevención de incendios. Eso incluye esfuerzos como mejorar la concienciación de la comunidad sobre el riesgo de incendios y estrategias para gestionar el combustible de las llamas, como eliminar o alterar la vegetación.

"La ardua labor de aplicar estrategias de gestión de incendios forestales a largo plazo que gestionen de forma proactiva la disponibilidad de combustible y capaciten a las comunidades para prepararse ante los incendios forestales debe continuar para ayudar a mantener a salvo a la población", añade Vahlberg.

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