El viaje de vuelta de los descendientes de sefardíes españoles

El viaje de vuelta de los descendientes de sefardíes españoles
Derechos de autor REUTERS/Andrea Comas
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Por Marta Rodriguez Martinez con Afp
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Hace un mes se acabó el plazo por la que más de 130.000 personas con descendencia judía sefardí han conseguido el pasaporte español.

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El abuelo de Ricardo Bello se apellidaba Toledo. En su casa, en Venezuela, siempre se había comentado que la familia tenía antecedentes judíos, aunque todos son católicos practicantes.

Bello es uno de los más de 130.000 descendientes de sefardíes, los judíos españoles expulsados en 1492, que han pedido la nacionalidad a España en virtud de una ley adoptada en 2015.

El Congreso de los Diputados español aprobó esta ley para reparar lo que Madrid considera un "error histórico": la expulsión de unos 200.000 judíos por parte de los reyes católicos Isabel y Fernando, en nombre de la "pureza" de la sangre. Entonces la mayoría huyeron al Imperio Otomano y al norte de África. Las solicitudes se aceleraron drásticamente el pasado mes de septiembre, con 72.000 casos, días antes de que cerrara definitivamente el plazo, el pasado 1 de octubre.

Bello, que además de empresario y escritor fue candidato opositor a la Asamblea Nacional, explica a Euronews que cuando la situación política en Venezuela se complicó decidió comenzar los trámites para conseguir la nacionalidad española.

Para ello, tuvo que investigar el rastro de sus antepasados, desde la expulsión en España, hasta el desembarco en Venezuela, con un centro judío que reconociera oficialmente los documentos.

Expulsados de España en el siglo XV, viajaron hasta la ciudad de Tesalónica en el norte de Grecia. Allí Bello encontró el nombre de la sinogoga a la que acudían. Después se fueron a Marruecos. En algún momento entre los siglo XVIII y XIX, se convirtieron al cristianismo y volvieron a España, a las islas Canarias. A finales del siglo XIX, cruzaron el Atlántico y emigraron a Venezuela.

Bello ha hecho ahora el viaje de vuelta. Se ha instalado con su familia en Andalucía, al sur de España, mientras espera que finalice el trámite que le otorgará el pasaporte español. Todo el proceso ha durado prácticamente un año y medio. "Era una deuda con el pueblo sefardí", asegura e indica que su curiosidad por conectar con sus raíces le llevó a estudiar hebreo y a escribir una novela, 'Sacramento de la guerra'.

De Venezuela a Turquía

La gran mayoría de los solicitantes viven en América Latina, donde los descendientes de los sefardíes se establecieron a partir del siglo XVI, empezando por México (20.000), Venezuela (casi 15.000) y Colombia (unos 14.000). También llegaron muchas solicitudes de Argentina (más de 4.000) e Israel (más de 3.000).

En Turquía, en los días previos al cierre de plazo, se desató el nerviosismo. Aparte de demostrar una filiación sefardí, a menudo a través de los certificados de matrimonio de los padres, expedidos por el rabino local, los solicitantes debían demostrar, en un examen en el Instituto Cervantes, que dominaban cierto nivel de español, lo que motivó que numerosos judíos de Estambul a apuntarse a los cursos de esa institución.

Antes de la ley de 2015, España ya había acordado conceder la ciudadanía a los judíos cuyo origen sefardí hubiera sido probado, pero sólo podían solicitarla después de dos años de residencia en España o mediante una carta de naturalización, es decir, a discreción del gobierno. En la mayoría de los casos, tuvieron que renunciar a todos los demás pasaportes.

España, centro histórico del judaísmo mundial

Durante el Holocausto, muchos judíos pudieron salvar su vida gracias al pasaporte español, recuerda Esther Bendahan, directora de Cultura del Centro Sefarad Israel en España, quien lamenta a Euronews que la ley haya tenido un impacto más fuerte desde el exterior que para la difusión interna de la cultura sefardí.

"Es importante recordar que forma parte de la historia de España y además, en el judaísmo mundial, la historia de España es esencial", señala. "El día más importante que es el Yom Kipur parte de las oraciones están escritas por judíos españoles".

Bendahan también apunta que las dos ramas más importantes del judaísmo, el racionalismo y la cábala, tienen origen en España. "No es que sea importante para España porque forme parte de su cultura, pero el judío en general también debe recordar que España es esencial porque ha sido el núcleo de parte importantísima de su propia cultura".

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