En países como Bélgica buscan soluciones para que la ola de calor no provoque tantos daños en las viñas.
El cambio climático está llevando a Europa a un verano de temperaturas récord. La subida del termómetro no es lo único que se está notando. La meteorología registra fenómenos adversos extremos: inundaciones, heladas, sequía..
La agricultura es una de las víctimas de estos cambios radicales. Países como España o Bélgica, con una fuerte industria vinícola, están recurriendo a nuevas variedades de uva más resistentes.
"He quitado las hojas de las vides. Al quitar las hojas, la vid se expone al calor, al frío, a la lluvia y al viento. Así se crea una piel más gruesa, por lo que hay menos riesgo de ataque de insectos o enfermedades, y están mejor protegidas contra el calor" dice Jeannette Van der Steen, enóloga y propietaria de Château Bon Baron.
"Rociamos cierta arcilla que da un reflejo y calienta menos las uvas, de hecho. Y sí, de esta manera protegemos las vides contra el estrés hídrico y el estrés térmico", añade. Son formas de reinventarse para que el cambio climático no afecte a sus cosechas.