Desde 2007, Rumanía es miembro de la UE y en enero, 13 años después del inicio del proceso, finalmente se convertirá en miembro de pleno derecho del espacio de libre circulación.
Los partidos proeuropeos ganaron las elecciones parlamentarias del domingo en Rumanía, pero los partidos de extrema derecha lograron su mejor resultado hasta la fecha, con más del 30% de los votos. Uno de los argumentos utilizados por las fuerzas de derecha durante la campaña fue que los rumanos no son respetados por la UE y que la tardía adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen fue una prueba de ello.
Desde 2007, Rumanía es miembro de la UE y en enero, 13 años después del inicio del proceso, finalmente se convertirá en miembro de pleno derecho del espacio de libre circulación. "La historia de Schengen fue muy utilizada por los partidos soberanistas y la extrema derecha y decían: 'Bruselas no nos trata como socios iguales'. Y creo que también contribuye a un sentimiento generalizado contra la UE", explica la experta en desinformación de la Universidad Babes Boyai de Rumanía, Suzana Dragomir.
Además, desde 2015, muchos Estados miembros han estado cerrando temporalmente sus fronteras alegando razones de salud o seguridad. "El estado de ánimo predominante en este momento en la sociedad rumana no es: '¡Por fin lo hemos conseguido!', sino 'hmm, por fin'... Y también hay gente que bromea diciendo ahora que Rumanía se está uniendo, la zona Schengen está en problemas en general, los países están imponiendo controles fronterizos", afirma Kamil Calus, del Centro de Estudios Orientales en Polonia.
Rumanía sigue siendo un país proeuropeo
Rumania sigue siendo, sin embargo, un país proeuropeo a pesar del aumento masivo de la influencia en las redes sociales con narrativas anti-UE. Según Globsec, el 83% de los rumanos respalda la pertenencia del país a la UE, pero más del 70% cree que la UE les dicta lo que deben hacer sin que el país pueda influir en ello.
"Cierta parte de la población rumana se siente ciudadana de segunda categoría de la UE", añade Calus. "La batalla es que estamos desilusionados con Occidente porque no todo el mundo se beneficia de la pertenencia a la UE. Hay gente que tal vez no viva peor, pero que siente que Rumanía no tiene crecimiento económico porque tenemos muchas desigualdades entre clases", comenta Dragomir.
Ha llegado el momento de las negociaciones para formar Gobierno en Rumanía, pero mientras tanto, este domingo los ciudadanos votarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales tras la sorprendente victoria del ultranacionalista Calin Georgescu, que se enfrentará a la conservadora y proeuropea Elena Lasconi.