El primer ministro, Ulf Kristersson, ha asegurado que Suecia no está en guerra, pero dice que "tampoco hay paz".
Suecia ha dicho que contribuirá con hasta tres buques de guerra a un esfuerzo de la OTAN para aumentar la presencia de la alianza en el Mar Báltico, mientras trata de protegerse contra el sabotaje de la infraestructura submarina, anunció el Gobierno.
El Ejército sueco también contribuirá con un avión de vigilancia ASC 890, dijo Estocolmo. Y la Guardia Costera del país aportará cuatro buques para ayudar a vigilar el Báltico, con otros siete buques en estado de alerta.
Según el Gobierno, será la primera vez que Suecia contribuya con sus Fuerzas Armadas a la Defensa y disuasión de la Alianza desde su ingreso en marzo del año pasado. Suecia se convirtió en el miembro número 32 de la OTAN y siguió a su vecina Finlandia en la OTAN en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
La decisión se produce en un momento en que una serie de incidentes en el Báltico ha aumentado la preocupación por las posibles actividades rusas en la región. A finales de diciembre, el jefe de la OTAN, Mark Rutte, declaró que la Alianza reforzaría su presencia militar en el mar Báltico.
La amenaza rusa
Esto se produjo después de que el día de Navidad el cable Estlink-2, que une Finlandia y Estonia, resultara dañado. Las autoridades de ambos países sospechan que el responsable fue el petrolero Eagle S, vinculado a Rusia, que arrastró su ancla por el lecho marino.
El Eagle S tiene bandera de las Islas Cook, pero las autoridades aduaneras finlandesas y los funcionarios de la UE lo consideran parte de la flota rusa de petroleros que transportan petróleo y gas desafiando las sanciones internacionales impuestas por la guerra de Ucrania.
Estos viejos buques, a menudo de propiedad desconocida, operan habitualmente sin seguros regulados por Occidente. A finales de diciembre, la Policía finlandesa incautó el buque y lo devolvió a puerto. A principios de enero, toda su tripulación, compuesta por 24 personas, había sido detenida, y ocho de ellos estaban sujetos a restricciones de circulación.
Sospechas de sabotaje
Los países de la región han estado en alerta tras una serie de incidentes con cables submarinos y gasoductos en el mar Báltico desde 2022. En noviembre se cortaron dos cables de datos, uno entre Finlandia y Alemania y otro entre Lituania y Suecia.
El ministro de Defensa alemán dijo que las autoridades tenían que asumir que el incidente había sido un "sabotaje", pero no aportó pruebas ni dijo quién podría haber sido el responsable.
Y los gasoductos Nord Stream, que antes llevaban gas natural de Rusia a Alemania, resultaron dañados por explosiones submarinas en septiembre de 2022. Las autoridades han dicho que la causa fue un sabotaje y han iniciado investigaciones penales. La OTAN ya había reforzado las patrullas cerca de las infraestructuras submarinas tras el impacto del gasoducto Nord Stream.