El ataque en Aschaffenburg es el último de una serie de incidentes violentos en Alemania, que intensifican los temores en torno a la inmigración y aumentan el apoyo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
El debate sobre la inmigración en Alemania vuelve a estar en el centro tras la muerte de un hombre y un niño en un ataque con arma blanca perpetrado por un antiguo solicitante de asilo afgano al que se había ordenado abandonar el país.
El incidente de Aschaffenburg, ocurrido pocas semanas antes de las elecciones parlamentarias alemanas, ha llevado a los partidos de la oposición a aprovechar el ataque como plataforma para abogar por políticas migratorias más estrictas.
El líder del partido de centro-derecha CDU, Friedrich Merz, ya ha prometido imponer controles fronterizos inmediatos si se convierte en canciller, proponiendo dos mociones sobre inmigración y un proyecto de ley en el Bundestag. Entre ellas figuran la expulsión de todos los "inmigrantes ilegales" en la frontera, independientemente de que busquen o no protección, y el abandono del principio de Schengen de libre circulación dentro de la UE.
Pero el debate no es sólo político: también ha planteado la cuestión de qué partido podría votar con quién. El candidato a canciller de la Unión, Friedrich Merz, en particular, alimentó el debate con su declaración de que no le importaba de qué partido político recibiera la propuesta de la Unión la mayoría, aunque fuera la ultraderechista AfD.
"Estas son en realidad nuestras exigencias sobre la limitación de la migración. Por eso votamos a favor", dijo Bernd Baumann, del grupo parlamentario de la AfD. El apoyo a la AfD no ha dejado de crecer en Alemania, y el partido ocupa ahora el segundo lugar en las encuestas, por detrás de la CDU.
Aunque Merz ha afirmado que no quiere votos de la AfD, los partidos de izquierda temen que la retórica de Merz implique que su partido podría estar abierto a la colaboración con la extrema derecha. "La AfD apenas puede creer su suerte. Ha llegado exactamente al punto en el que siempre quiso que estuviera la CDU/CSU", afirma Felix Banaszak, presidente de Alianza 90/Los Verdes.
Mientras tanto, el partido gobernante, el SPD, vuelve a presentar en el Bundestag proyectos legislativos sobre migración y seguridad, algo que no había podido hacer hasta ahora por la oposición de la CDU. "Más poderes para nuestras autoridades de seguridad, por ejemplo, cuando se trata de poderes adicionales en el ámbito de las herramientas de investigación. Se trata de la cuestión de las coincidencias biométricas con datos de internet de acceso público", afirma Matthias Miersch, secretario general del SPD.
Pero a sólo cuatro semanas de las elecciones y con una creciente ola de descontento que empuja a los votantes hacia la derecha, al canciller del SPD, Olaf Scholz, se le acaba rápidamente el tiempo para ganarse al electorado.