Una nueva investigación por corrupción ha salpicado esta semana al Parlamento Europeo con las detenciones practicadas por las autoridades belgas y el registro de las oficinas de la teleco china Huawei. Pero, ¿cuáles son las normas para hacer lobby en el Parlamento Europeo?
El escándalo de corrupción que sacude al Parlamento Europeo tiene que ver con llevar demasiado lejos la labor de un lobby institucional, también llamado grupo de presión. Sin embargo, se supone que las actividades de los grupos de presión están reguladas por normas destinadas a evitar tales excesos.
La UE prefiere la expresión 'representante de intereses' a la de 'grupo de presión', y lo define como "cualquier persona física o jurídica, o grupo, asociación o red formal o informal, que realice actividades con el objetivo de influir en la formulación o aplicación de políticas o legislación, o en los procesos de toma de decisiones", en los acuerdos interinstitucionales redactados en 2021.
¿Qué es un lobby? ¿Es legal ?
Cualquier persona que organice actos en los que se aborde la legislación, participe en consultas con la Comisión o escriba cartas abiertas sobre temas de actualidad puede considerarse un grupo de presión. La mayoría de las campañas de gran repercusión afectan a empresas tecnológicas, farmacéuticas o agroalimentarias, pero todos los sectores se ven afectados: desde la protección del medio ambiente, la industria cinematográfica o incluso los fabricantes de café.
Esta actividad es legal -se menciona incluso en el Tratado de la UE-, pero el potencial de corrupción surge cuando hay persuasión a cambio de dinero. El Código de Conducta de los legisladores especifica que está prohibido que los diputados "soliciten, acepten o reciban cualquier beneficio directo o indirecto u otra recompensa, incluso en metálico o en especie, a cambio de un comportamiento específico en el ámbito de la labor parlamentaria del diputado", y "procurarán evitar conscientemente cualquier situación que pueda implicar soborno, corrupción o influencia indebida".
¿Cuáles son las líneas rojas de los grupos de presión?
Los diputados también tienen que declarar los regalos que reciban por su condición de eurodiputados y cuyo valor sea igual o superior a 150 euros, para lo cual se lleva un registro público. En la actualidad, 13.762 organizaciones y más de 50.000 personas están reconocidas oficialmente como representantes de intereses por la UE, y el número crece día a día. Pero no está claro cuántos de ellos se dedican activamente a ejercer presión en lugar de acreditarse una sola vez ante el Parlamento Europeo.
Para entrar en el Parlamento Europeo, los grupos de intereses deben figurar en un registro de transparencia, el catálogo que indexa a los grupos de presión y en el que aparece información como los objetivos de la organización, su presupuesto y las reuniones celebradas con legisladores y funcionarios de la Comisión Europea.
Los inscritos se comprometen a respetar un código de conducta que incluye la prohibición de intentar obtener información o decisiones de forma deshonesta o utilizando presiones indebidas o comportamientos impropios. Si no se respeta el código, las empresas pueden enfrentarse a la prohibición de entrar en el Parlamento Europeo.
¿Cómo se aplican las normas?
Aunque el registro es obligatorio para acceder al Parlamento Europeo, no puede aplicarse a todos los grupos de presión que actúan fuera de los locales físicos. Las conferencias organizadas por grupos de reflexión, grupos políticos o medios de comunicación, por ejemplo, pueden ofrecer oportunidades para ejercer presión sin estar reguladas.
También hay dudas sobre cómo se actualiza el registro, ya que el Parlamento no puede obligar a las empresas a realizar actualizaciones. El hecho de que la aplicación de las normas sobre lobbies esté en manos del Parlamento Europeo y otras instituciones europeas significa que existe un sistema de autocontrol, explica Alberto Alemanno, es profesor Jean Monnet de Derecho y Política de la Unión Europea en HEC de París.
¿Cómo evitar el tráfico de influencias?
"Por diseño, el sistema no funciona y está diseñado para no funcionar, porque no hay incentivos políticos para que el presidente del Parlamento Europeo, que también es miembro de un partido político, haga cumplir esas normas, porque si se hacen cumplir, uno, también podrían hacerse cumplir contra su partido político. Y creo que esto es realmente lo que explica por qué el actual sistema ético europeo no es adecuado para el trabajo", aseguró.
Según Alemanno, los eurodiputados y exeurodiputados pueden seguir ejerciendo el tráfico de influencias en el entorno actual. "A los miembros del Parlamento Europeo de hoy se les sigue permitiendo tener trabajos paralelos para que puedan ser miembros del Parlamento Europeo, pero también abogados, grupos de presión y defender diferentes tipos de causas en la sociedad que les ponen en una situación de conflicto de intereses", concluyó el profesor Alberto Alemanno.