La Unión Europea ha tomado medidas para restringir la participación de los productos sanitarios chinos en su mercado de contratación pública como represalia por la política 'Buy China', que limita el acceso de las empresas de la UE a los contratos públicos chinos.
Los representantes de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) votaron esta semana medidas de represalia contra las restricciones chinas a los fabricantes europeos de productos sanitarios, según confirmaron a 'Euronews' fuentes diplomáticas y de la UE. La votación se produjo tras una investigación de la Comisión Europea en la que se hallaron "pruebas claras" de que China bloqueaba injustamente en su mercado de contratación pública los productos sanitarios fabricados en la UE.
Se trata de la primera contramedida aplicada en virtud de un Instrumento Internacional de Contratación Pública (IPI, por sus siglas en inglés), que entró en vigor en agosto de 2022, diseñado para garantizar un acceso justo de las empresas de la UE a las oportunidades de contratación fuera del bloque. Los embajadores adoptaron la propuesta a mediados de semana, pero se espera que los detalles se publiquen en el Diario Oficial de la UE en los próximos días.
"Realmente esperábamos que el proceso del Instrumento Internacional de Contratación Pública condujera a un diálogo más significativo y a un mayor progreso con China, pero lamentablemente eso aún no ha ocurrido", declaró Oliver Bisazza, director general de MedTech Europe, la asociación de fabricantes de productos sanitarios de la UE.
Bisazza quiere conocer todos los detalles antes de reaccionar, pero señaló que las empresas de productos sanitarios siguen comprometidas con un compromiso constructivo entre la UE y China. "Este sector es vital para salvar y mejorar la vida de las personas y mantener infraestructuras sanitarias esenciales, ofreciendo servicios cruciales. Es algo que ambas partes deberían tener en cuenta", añadió.
Barreras crecientes
Las empresas de la UE llevan mucho tiempo luchando por acceder al mercado chino de contratación pública, a pesar de que China es uno de los mayores socios comerciales de Europa en dispositivos médicos (representó el 11% de los destinos de las exportaciones en 2022).
La investigación de la Comisión se centró en la ley de contratación pública de China, que aplica la denominada política 'Buy China' ('Compra China'), que exige a las entidades públicas dar prioridad a los productos y servicios nacionales, con excepciones limitadas.
La investigación descubrió que los fabricantes de la UE se enfrentan a una serie de obstáculos, como sistemas de aprobación opacos, procedimientos de certificación discriminatorios, vagas cláusulas de interés nacional utilizadas para excluir a licitadores extranjeros y presiones sobre los precios que a menudo resultan inviables para las empresas europeas. Un ejemplo contundente: en la provincia de Guangdong, el número de dispositivos médicos importados "aprobados" se redujo de 132 en 2019 a solo 46 en 2021, lo que pone de relieve el endurecimiento del acceso al mercado para las empresas de la UE.
Consecuencias para las relaciones UE-China
La Cámara de Comercio China ante la UE respondió con preocupación, publicando en X que las medidas de la IPI envían "una señal preocupante" para los lazos comerciales bilaterales. En un comunicado, la Cámara argumentó que el uso selectivo del IPI corre el riesgo de convertirse en una barrera comercial 'de facto' e instó a la UE a reconsiderar la necesidad y el impacto a largo plazo de tales acciones.
Las medidas llegan en un momento delicado de las relaciones entre la UE y China, que están experimentando un tímido restablecimiento diplomático. Tras años de fricciones, las dos partes han intensificado su compromiso para gestionar antiguas disputas. Gran parte de este diálogo renovado es una respuesta a la cambiante dinámica global, incluida la guerra comercial de la era Trump y las tensiones más amplias entre Estados Unidos y China, que han llevado a Bruselas a adoptar un enfoque más equilibrado.
Un hito clave en este reajuste es la próxima cumbre UE-China, que ahora se ha confirmado que se celebrará en Pekín en la segunda quincena de julio de 2025. A pesar de la escalada de la disputa sobre la contratación pública, un portavoz de la Comisión restó importancia a las preocupaciones de que las medidas de la IPI puedan dañar las relaciones comerciales más amplias.
"Hemos dejado muy claro a todos los socios mundiales con los que creemos que existe un problema en relación con la igualdad de condiciones para la contratación pública que, de no resolverse, nos veríamos obligados a tomar medidas", declaró el portavoz.
El miércoles, el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, se reunió con el ministro chino Wang Wentao, al margen del Consejo Ministerial de la OCDE, su tercera reunión en total y la segunda en persona. Según la Comisión, las conversaciones abarcaron una amplia gama de cuestiones bilaterales críticas, ya que ambas partes trabajan para garantizar el progreso antes de la cumbre de julio.