La segunda economía más grande del bloque, con hasta cinco primeros ministros promulgados por Macron en menos de dos años, se enfrenta también a una alta deuda y a un déficit por encima de los estándares comunitarios.
Los problemas políticos y económicos de Francia comienzan a preocupar en la Unión Europea, ante la perspectiva de que una crisis prolongada afecte al crecimiento de la eurozona y a las negociaciones para el presupuesto a largo plazo del bloque, de dos mil millones de euros.
El Gobierno en funciones del primer ministro Sébastien Lecornu, de quien Emmanuel Macron rechazó su dimisión del lunes pasado, se encuentra en interinidad tras su colapso menos de 24 horas después de que se anunciaran sus ministros. En el corazón de la crisis están los desacuerdos entre los grupos políticos sobre cómo poner en orden en la economía del país.
El estancamiento político (Macron ha quemado a su quinto primer ministro desde el inicio de su segundo mandato en mayo de 2022) ya está impactando en la economía del país, con las acciones a la baja y los rendimientos de los bonos al alza. Esto ocurre apenas tres semanas después de que Fitch, una agencia de calificación crediticia, degradara al país a A+ debido a las dudas sobre su capacidad para reducir su déficit presupuestario, actualmente alrededor del 5,4% del PIB: 2,4 puntos por encima de las reglas europeas.
Otras agencias similares, Moody's y Standard & Poor's, actualizarán sus propias calificaciones en las próximas semanas. Philipp Lausberg, analista senior de políticas del European Policy Centrer, no se muestra optimista: "Todo esto también perjudica al crecimiento, y al ser la segunda economía más grande de la UE y de la eurozona, esto tiene repercusiones no solo para Francia sino también para el resto de la UE", añade.
Sin embargo, el experto advierte de que "es demasiado pronto" para que estas repercusiones se extiendan a otros países, sobre todo porque la economía francesa "todavía se considera bastante robusta". Pero si la situación política se estabiliza rápidamente, cree Lausberg, el impacto en el resto de la eurozona será insignificante.
Este análisis parece ser compartido por un alto funcionario de la UE que, hablando bajo condición de anonimato, afirma que la moderada reacción del mercado hasta el momento es un "reflejo positivo de nuestra reputación". Pero, añade esta fuente, "obviamente la estabilidad fiscal es un componente muy importante de la estabilidad económica y, por ende, de la monetaria. Por lo tanto, nos lo tomamos muy en serio".
Otros trabajadores de la Comisión con los que ha hablado 'Euronews' subrayan que no hay alarma entre los países que conforman el Eurogrupo, cuyos ministros de Economía se reunirán el jueves. Sin embargo, aumenta la preocupación de que la segunda economía del bloque sea incapaz de calmar las aguas, mientras Bruselas pelea por mantener su relevancia en un panorama geopolítico complejo y entre la creciente competencia de Washington y Pekín.
Las repercusiones en el presupuesto de la UE
Esto también se aplica al próximo presupuesto de la UE, que entrará en vigor en 2027, y cuyas negociaciones han comenzado tras la publicación de una propuesta de dos mil millones de euros por parte de la Comisión durante el verano.
El Marco Financiero Plurianual (MFP), considerado el más ambicioso de la historia, podría recortar algunas partidas tradicionales como los fondos de cohesión y agrícolas, como la PAC, en beneficio de nuevos programas centrados en la Defensa y la competitividad. Sin embargo, los Estados miembros han dejado claro que no quieren aumentar sus contribuciones al presupuesto.
Las negociaciones del MFP son notoriamente arduas. Se teme que las continuas elecciones legislativas en Francia, si la crisis se prolonga, puedan dificultar esta tarea. "Por supuesto, en una situación política interna como esta, es más difícil tener un compromiso firme en las negociaciones pero también adoptar una postura más audaz", declara Lausberg. "Creo que esto también puede ralentizar las negociaciones, de modo que no veremos nada sustancial en los próximos meses".
Macron ha recurrido a Lecornu para intentar resolver la situación antes de este miércoles por la noche y liderar las negociaciones que podrían definir una "plataforma de acción y estabilidad" para un nuevo Gobierno. Sin embargo, aumentan las peticiones de que Macron dimita. Estas reclamaciones, originalmente provenientes de la extrema derecha y la izquierda, ahora han llegado al centroderecha, con el ex primer ministro Edouard Philippe sumándose a ellas.
El asediado líder francés por ahora ha puesto en duda cuál podría ser su próximo movimiento, diciendo solamente que "asumirá sus responsabilidades" si las últimas conversaciones de Lecornu fracasan.