El 48,1% de las mujeres con discapacidad en la Unión Europea están empleadas, una cifra significativamente menor que la de los hombres con discapacidad (53,7%) y la población femenina sin discapacidad. Según Inclusion Europe, las mujeres con discapacidad enfrentan mayores barreras laborales.
Alrededor de 87 millones de personas en la Unión Europea tienen algún tipo de discapacidad, según estimaciones del bloque, lo que plantea problemas que afectan desproporcionadamente a las mujeres.
Las mujeres con discapacidad intelectual se enfrentan a más barreras para trabajar que los hombres con discapacidad y las mujeres sin discapacidad en el conjunto del continente, según Inclusion Europe.
En la UE, el 48,1% de las mujeres con discapacidad de entre 20 y 64 años están empleadas. Esta cifra es inferior a la de los hombres con discapacidad del mismo grupo de edad, que es del 53,7%. En cuanto a la población en general, el 61,6% de las personas con discapacidad están en el mercado laboral, trabajando o buscando trabajo, frente al 82,2% de las personas sin discapacidad.
"Esto significa que muchas mujeres con discapacidad intelectual se quedan fuera de la población activa y de las oportunidades que conlleva", señala el informe de Inclusion Europe. "Se ven obligadas a depender de la familia, las instituciones o las limitadas prestaciones sociales, lo que dificulta su vida libre e independiente".
Desigualdad en su vida personal
En Europa, las mujeres con discapacidad tienen entre dos y cinco veces más probabilidades de sufrir violencia doméstica que las mujeres sin discapacidad. Esta violencia puede adoptar formas específicas vinculadas a su discapacidad, como verse obligadas a aislarse, sufrir malos tratos en instituciones o que se les niegue la atención médica necesaria.
Según el Foro Europeo de la Discapacidad, en 2024 solo nueve países tipificaban la esterilización forzosa como delito en su código penal. Por otro lado, 12 países seguían permitiendo practicarla a mujeres con discapacidad, entre ellos tres que también la permitían a menores. Por ejemplo, Chequia, Hungría y Portugal autorizan tanto la esterilización forzosa de mujeres con discapacidad como de menores.
Más recientemente, Malta cambió su legislación para prohibir la esterilización forzada desde el año pasado. Las mujeres mayores también tienen más probabilidades que los hombres de necesitar apoyo y se enfrentan a mayores barreras para vivir de forma independiente.
Entre las personas mayores con necesidades de apoyo, alrededor del 37% de las mujeres mayores de 65 años necesitan ayuda a largo plazo, frente al 23% de los hombres. "Las mujeres mayores con discapacidad se enfrentan a riesgos agravados de aislamiento social e institucionalización, amplificados por los estereotipos de género y las desigualdades sistémicas", declaró el Foro Europeo de la Discapacidad.