La ONG denuncia que las políticas migratorias de la UE no protegen a los menores y, de hecho, agravan los riesgos que enfrentan en las rutas que conectan Sudán con Europa.
Las normas migratorias de la Unión Europea están empeorando activamente los riesgos para los menores que viajan por rutas peligrosas hacia Europa desde Sudán, según un informe de Save the Children publicado este miércoles.
El estudio revela que los esfuerzos de la UE por mantener a los solicitantes de asilo en países vecinos, mediante apoyo financiero y operativo en el norte de África, están exponiendo en la práctica a muchos niños a nuevos peligros.
En los últimos años, la UE ha firmado más acuerdos migratorios con países africanos y ha incrementado las inversiones en la gestión de sus fronteras para evitar que personas migrantes se embarquen desde sus costas en travesías a menudo extremadamente peligrosas.
En octubre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció una nueva financiación de 675 millones de euros para los países del norte de África destinada a reforzar una "gestión eficaz de las fronteras" entre 2025 y 2027.
"La UE invierte cientos de millones en el control de fronteras y la migración sin garantizar que se respeten los derechos de los niños, pese a estar legalmente obligada a ello", afirmó en un comunicado Federica Toscano, experta en migración de Save the Children.
Según Toscano, la falta de garantías efectivas está provocando un aumento de las violaciones de los derechos de los menores. 'Euronews' contactó a la Comisión Europea para recabar una declaración sobre el informe, pero no obtuvo respuesta.
De Sudán a Europa
El informe de Save the Children analiza las rutas de Sudán hacia Egipto, Libia, Grecia y los Balcanes Occidentales, y se basa en entrevistas con 66 niños, 19 expertos y 11 cuidadores. La ONG afirma que todos los menores entrevistados en Libia sufrieron violencia grave, explotación sexual, extorsión y detenciones prolongadas a manos de grupos armados.
En Grecia, algunos niños dijeron haber sido perseguidos como si fueran traficantes, mientras que en los Balcanes Occidentales uno de cada cinco solicitantes de asilo entrevistados denunció empujones violentos y, en ciertos casos, presuntamente ilegales por parte de las fuerzas fronterizas.
Según datos de Frontex, el número de solicitantes de asilo que alcanzan las fronteras exteriores de la UE ha disminuido en los últimos años. Parte de esta reducción se atribuye a las inversiones europeas en países clave de salida, como Túnez, Libia y Mauritania.
La UE proporciona principalmente equipamiento terrestre y marítimo, además de formación operativa para fuerzas fronterizas y guardacostas locales. La ejecución de estas inversiones suele recaer en Frontex, agencias gubernamentales o entidades privadas.
Sin embargo, Save the Children advierte de que, aunque las llegadas se hayan reducido, el número de menores que intenta alcanzar Europa sigue siendo elevado. El enfoque centrado casi exclusivamente en reforzar la vigilancia fronteriza está empujando los movimientos migratorios "a la clandestinidad", señala el informe, "poniendo a los niños no acompañados en manos de contrabandistas y haciéndolos invisibles para los sistemas de protección".
Esto significa que, pese a la caída de las llegadas a Europa, cada vez más menores quedan atrapados en situaciones peligrosas en los países de tránsito, expuestos a redes de tráfico y explotación.