La Sociedad Sueca de Derechos de Autor afirma que ha firmado el primer acuerdo de licencia de la historia con una empresa de inteligencia artificial que genera música.
La STIM, el equivalente a otras sociedades de derechos de autor como la SGAE española, afirma haber firmado el primer acuerdo de licencia del mundo con una empresa de inteligencia artificial (IA).
La Sociedad Sueca de Derechos de Ejecución (STIM) confirma su acuerdo con Songfox, una 'startup' o empresa emergente con sede en Estocolmo que permite producir legalmente composiciones generadas por IA. En virtud del acuerdo, Songfox utilizará una tecnología de atribución de terceros denominada Sureel para rastrear cualquier añadido mediante IA en una obra original creada por humanos, de modo que los artistas puedan obtener ingresos por ella.
Este acuerdo "hace que los ingresos sean auditables en tiempo real y aborda una de las mayores lagunas de confianza en la música generada por inteligencia artificial: la falta de transparencia sobre qué datos se utilizan y cómo se compensa a los creadores", declara la STIM en un comunicado.
Simon Gozzi, director de Desarrollo de Negocio y Perspectiva de la Industria de la STIM, explica a 'Euronews Next' que las empresas de IA pagarán mediante una "combinación de derechos de licencia e ingresos compartidos". Los artistas también recibirán un "valor inicial" cuando las obras se utilicen para la formación. La idea es que "cuanta más demanda genere un servicio de inteligencia artificial, mayores serán los beneficios para los titulares de los derechos", explica Gozzi.
Este primer acuerdo es una "prueba" para lo que, según la asociación, debería ser finalmente un modelo que garantice una compensación justa y la igualdad de condiciones. "Creemos que es el comienzo de algo más grande", afirma Gozzi.
"Al mostrar la atribución y la delimitación de los ingresos de la IA en la práctica, pretendemos ofrecer a Europa un modelo que otros puedan adoptar, convirtiéndolo con el tiempo en una norma mundial". Según un nuevo estudio, la IA podría llevarse casi una cuarta parte de los ingresos de los creadores musicales en los próximos tres años.
¿Qué ocurre en el resto de Europa con los artistas afectados por la IA?
La noticia llega unas semanas después de que grupos que representan a artistas declararan a 'Euronews Next' que la legislación de la UE, en virtud de la Ley de IA de la UE, no va lo suficientemente lejos como para proteger a los artistas de la infracción de los derechos de autor.
La ley establece que los artistas deben optar por no participar si no quieren que la IA se aplique a sus creaciones, pero organizaciones como la Alianza Europea de Autores y Compositores (ECSA) y la Agrupación Europea de Sociedades de Autores y Compositores (GESAC) afirman que sus miembros no han podido hacerlo. Las lagunas de la legislación tampoco ofrecen a los artistas una forma de ser remunerados por el trabajo que ya ha sido desechado por la IA, según los expertos.
Gozzi dice que no puede revelar si hay otros acuerdos en marcha, pero que el marco es "de naturaleza colectiva" y no se ha creado en torno a una empresa emergente. Tampoco quiso comentar si el acuerdo de licencia compensaría el trabajo que ya se ha desechado, y afirmó que "ahora se trata de que el uso futuro se ajuste a un sistema basado en normas". Según los defensores de la AI, la Comisión también podría obligar a las empresas a negociar licencias globales o colectivas con los respectivos grupos de artistas.
Mientras tanto, ECSA y GESAC están a la espera de los veredictos de dos demandas por derechos de autor presentadas por la Sociedad Alemana de Derechos de Ejecución Musical y Reproducción Mecánica (GEMA) contra OpenAI, la empresa matriz de ChatGPT, y Suno AI, una aplicación de generación de música por IA.
Marc du Moulin, secretario general de la ECSA, ha declarado anteriormente a 'Euronews Next' que el veredicto podría determinar hasta qué punto las empresas de IA podrían estar sujetas a las leyes de derechos de autor. Universal Music Group también ha interpuesto una demanda por derechos de autor contra la empresa de IA Anthropic.