Los expertos subrayan que la vacunación materna durante el embarazo es la forma más eficaz de proteger a los recién nacidos de la tos ferina, quienes sufren una sintomatología diferente.
La tos ferina continúa su auge de forma alarmante en Europa y Estados Unidos: sus casos superan ya los niveles previos a la pandemia de coronavirus, después de varios años con una circulación relativamente baja. Los médicos advierten que los bebés pequeños conforma la población que corre un mayor riesgo.
En adultos y niños mayores, la tos ferina puede suponer sufrir durante semanas -o incluso meses- unos incesantes ataques de tos. Pero para los menores de dos meses, que son demasiado pequeños para ser vacunados, la enfermedad puede ser mortal. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) notificó más de 25.000 casos en toda la UE/EEE en 2023 y más de 32.000 casos solo en los tres primeros meses de 2024.
"Los síntomas de la tos ferina son diferentes en los lactantes", afirma Caitlin Li, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago, en un artículo especial publicado en 'Pediatrics'. "La tos ferina característica puede estar ausente, pero la apnea o interrupción de la respiración es frecuente".
La enfermedad en los bebés también supone un aumento significativo en la producción de glóbulos blancos, lo que se conoce como leucocitosis, que a veces puede confundirse con afecciones no infecciosas como el cáncer.
Una de las principales razones del aumento del número de casos se debe al rebote pospandémico, dado que la covid-19 desplazó a otras enfermedades y fomentó varias medidas de control epidémico, ahora desaparecidas. Además, la tos ferina también sigue ciclos epidémicos naturales, y el número de casos tiende a aumentar cada tres a cinco años, incluso en países con una elevada cobertura de vacunación.
¿Cuál es el tratamiento y prevención de la tos ferina?
Dado que los bebés son tan vulnerables, los expertos insisten en que la vacunación durante el embarazo es esencial. Los anticuerpos transmitidos de madre a hijo a través de la placenta proporcionan una protección crucial en las primeras semanas de vida.
"Dado que los lactantes corren un alto riesgo de complicaciones, la vacunación durante el embarazo protege a los recién nacidos contra esta enfermedad potencialmente mortal", afirma Li. "La vacunación generalizada es también una herramienta importante para proteger a todo el mundo". Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. recomiendan cinco dosis infantiles de la vacuna DTPa entre los dos meses y los seis años de edad, más un refuerzo en la adolescencia.
Pero la medida más urgente, subrayan los CDC, es la vacunación materna universal durante cada embarazo, idealmente entre las semanas 27 y 36 de gestación. Se ha demostrado que esta medida es muy eficaz, y análisis recientes sugieren que la vacunación materna reduce el riesgo de tos ferina grave en los lactantes hasta en un 85%.
Además de la vacunación de los lactantes y las embarazadas, la OMS recomienda que las personas que contraigan la tos ferina sean tratadas rápidamente con antibióticos y no entren en contacto con la población en riesgo. Según los servicios de salud pública de Francia, más de la mitad de los niños infectados de tos ferina la contraen de uno de sus padres.