Un nuevo informe del ECDC revela que muchos países europeos mantienen políticas de cribado desactualizadas para el VIH y las hepatitis, con un alto porcentaje de diagnósticos tardíos. Solo 22 Estados tienen planes nacionales para combatir estas enfermedades.
Muchos países europeos están rezagados en los esfuerzos por detectar enfermedades potencialmente mortales como el VIH y las hepatitis, según un nuevo análisis.
En 2018, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) publicó nuevas directrices sobre las pruebas de VIH y hepatitis B y C, con el objetivo de acelerar el acceso al tratamiento y prevenir nuevas infecciones, ya que los síntomas pueden tardar años en manifestarse.
Sin embargo, en numerosos países, las políticas de cribado siguen desactualizadas y no se ajustan a estas recomendaciones, según el informe, que abarca los 27 Estados miembros de la UE, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega. Más de 650.000 personas han sido diagnosticadas de VIH en la región, casi 25.000 solo en 2023, y se estima que 5,4 millones padecen hepatitis B o C crónicas.
En los 26 países con datos disponibles, se estima que el 92% de las personas con VIH ya conocen su estado, pero más de la mitad recibe el diagnóstico tarde, según el ECDC. Estas personas viven entre tres y cinco años sin saber que están infectadas, lo que las expone a un "mayor riesgo de morbilidad, mortalidad, peores resultados del tratamiento y de transmitir el virus a otras personas", señala el organismo.
El diagnóstico tardío también sigue siendo habitual en los casos de hepatitis B y C. Muchas personas solo descubren que están infectadas cuando desarrollan complicaciones graves como cáncer de hígado o insuficiencia hepática.
Pruebas gratuitas en muchos países europeos
Los objetivos globales de salud fijan que el 95% de las personas con VIH y el 60% de quienes padecen hepatitis crónica deberían conocer su estado para acceder a tratamiento oportuno. El ECDC considera que esta meta podría alcanzarse en el caso del VIH en los próximos años, aunque ve más difícil lograrlo en el caso de la hepatitis B y C.
En la actualidad, las pruebas de VIH son gratuitas en 24 países europeos y las de hepatitis en 17. Solo 22 países cuentan con un plan nacional específico para abordar las hepatitis víricas. Además, más de la mitad no ha actualizado sus recomendaciones de tamizaje desde 2018.
El ECDC aconseja mejorar el acceso a las pruebas, especialmente para los grupos con mayor riesgo de infección: hombres que tienen sexo con hombres, personas que se inyectan drogas, población trans y personas encarceladas.
Mientras que el VIH y la hepatitis B suelen transmitirse a través de fluidos corporales durante relaciones sexuales, la hepatitis C se contagia principalmente a través de la sangre en entornos médicos inseguros o por compartir agujas durante el consumo de drogas.
Este informe se suma a otras advertencias recientes de las autoridades sanitarias, que alertan de que Europa no logrará sus metas en la lucha contra el VIH, las hepatitis, otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y la tuberculosis sin un aumento significativo de la inversión en salud pública.