Los entusiastas participantes en esta iniciativa en la capital francesa no conocieron el lugar del convite hasta el último momento, transmitido a través de mensajes a sus teléfonos. Vestidos de blanco y acarreando sus mesas y manteles del mismo color, decenas de miles de asistentes disfrutaron de una divertida velada ante el emblemático edificio bebiendo vino y champán.
En años anteriores, los lugares elegidos en la capital francesa fueron el Museo del Louvre, la Torre Eiffel o los Campos Elíseos, entre otros.
Unas 80 ciudades de 35 países celebran ya este singular evento.