El Papa Francisco comenzó formalmente el miércoles la segunda fase de su gran proyecto de reforma católica, con un llamado generalizado a que las mujeres ocupen más puestos de responsabilidad en la Iglesia.
Francisco presidió una misa de apertura en la Plaza de San Pedro con los 368 obispos y laicos que se reunirán a puerta cerrada durante las próximas tres semanas para discutir el futuro de la Iglesia y cómo hacerla más receptiva a las necesidades de los católicos de hoy.