El domingo, intérpretes con máscaras de madera y telas coloridas bailaron por Porto-Novo al son de tambores, representando historias transmitidas de generación en generación. El festival está estrechamente vinculado a las comunidades Yoruba, Somba y Betammaribe, donde figuras enmascaradas como Egungun y Zangbeto son vistas como espíritus ancestrales que protegen a las comunidades y conectan a los vivos con el mundo espiritual.
El Gobierno de Benín promueve el evento para impulsar el turismo cultural, con visitantes de países vecinos, Europa y otras regiones. Los funcionarios dicen que el festival está desempeñando un papel cada vez más importante en la estrategia turística y cultural de Benín.