La tradición lúdica, realizada en colaboración con agricultores y productores locales, proporciona a los elefantes algunas de las calabazas más grandes de la región para aplastar y disfrutar. El espectáculo se ha convertido en uno de los favoritos estacionales entre los visitantes, ofreciendo tanto entretenimiento como una oportunidad para observar los comportamientos naturales de los animales.
El evento también destaca las asociaciones del zoológico con las comunidades agrícolas locales, que suministran las enormes calabazas cada año. A medida que las calabazas se rompen bajo los pies de los elefantes, los cuidadores dicen que los animales disfrutan de las delicias en su interior, un momento festivo que marca el inicio de las celebraciones otoñales en el zoológico.