El sector europeo de la aviación insta a una pausa de seis meses en las negociaciones y ha criticado las nuevas propuestas de los eurodiputados respecto al sector.
Los grupos de protección de los consumidores, la industria aeronáutica europea y los Estados miembros de la UE no han logrado ponerse de acuerdo sobre las nuevas protecciones propuestas para los pasajeros aéreos, con lo que la normativa sigue estancada en un limbo legislativo después de más de una década.
El descontento con el proyecto ha llegado a tal punto que el sector ha pedido una pausa en las negociaciones. "Pedimos urgentemente una pausa de seis meses en las deliberaciones hasta que se haya llevado a cabo una evaluación exhaustiva del impacto de las medidas propuestas", reza una carta enviada el martes a los ministros de Transporte del bloque en nombre del sector aéreo que opera en Europa.
La presidencia del Consejo ha advertido de que, si no se logra un avance, el expediente podría acabar en conciliación. Según una estimación elaborada conjuntamente por Airlines for Europe, la Asociación Europea de Líneas Aéreas Regionales y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, el actual proyecto de texto que debaten los ministros de Transporte de la UE podría aumentar los costes anuales totales del sector en, al menos, un 40%.
En su opinión, las consecuencias serían "terribles", ya que el sector se vería obligado a recuperar sus crecientes costes mediante el aumento de las tarifas y algunas rutas podrían llegar a ser económicamente inviables.
El quid de la cuestión: las indemnizaciones a los pasajeros
La principal preocupación actual del sector es la propuesta de elevar el umbral de indemnización por retraso para los pasajeros. Actualmente, los viajeros aéreos europeos tienen derecho a una indemnización de entre 250 y 600 euros si un vuelo se cancela o retrasa más de tres horas. Según la propuesta que se está debatiendo, las compañías aéreas tendrían que pagar entre 300 y 600 euros, dependiendo de la distancia.
Sin embargo, las compañías aéreas presionan para que el umbral se eleve a cinco horas, mientras que el Consejo estudia la posibilidad de mantenerlo en tres pero reduciendo la cuantía de la indemnización que se adeudaría a los pasajeros.
Los grupos de consumidores afirman que aumentarlo dejaría a la mayoría de los pasajeros sin compensación alguna. "La duración media de un retraso oscila entre dos y cuatro horas", explica a 'Euronews' Steven Berger, jurista de la Organización Europea de Consumidores (BEUC). "Superar el umbral actual de cuatro horas privaría al 60% de los pasajeros de su derecho a indemnización".
Para que estas nuevas protecciones entren en vigor se requiere la aprobación de los Estados miembros (representados en el Consejo por los ministros), el Parlamento Europeo y la Comisión, el conocido como trílogo. Sin embargo, aunque los eurodiputados están muy alineados con las demandas de los grupos de protección de los consumidores, sigue siendo necesaria una mayoría cualificada para que el Consejo negocie con las otras dos instituciones.
En la actualidad, los Estados miembros aún no se han puesto de acuerdo sobre el alcance y el umbral de determinadas protecciones de los consumidores, como la compensación por retrasos en los vuelos y la inclusión de una maleta de mano en el precio básico del billete. La BEUC también está haciendo campaña para que se prohíban totalmente las cláusulas de no presentación y para que se rellenen previamente los formularios de reembolso e indemnización en caso de interrupción del viaje.
"En la actualidad, solo alrededor de un tercio de los consumidores que cumplen los requisitos reciben realmente lo que les corresponde, y estas medidas mejorarían significativamente la aplicación y ayudarían a frenar los modelos de negocio perjudiciales de las agencias de reclamaciones y de ciertas compañías aéreas", subraya Berger.
Las negociaciones interinstitucionales entre el Consejo, el Parlamento y la Comisión se reanudarán el lunes. Dinamarca, que ostenta actualmente la presidencia rotatoria del Consejo, ha pedido "pragmatismo" a los Estados miembros. La revisión de las normas de la UE se encuentra ahora en el proceso de segunda lectura, y no encontrar una posición común no haría sino descarrilar las negociaciones con las otras dos instituciones.
Un diplomático de la UE ha declarado a 'Euronews' que las conversaciones del lunes se prevén "difíciles" dado el fuerte rechazo de "todas las partes". "Estas negociaciones ya no consisten en que el Parlamento Europeo y el Consejo encuentren un terreno común", concluye.