La llama olímpica pasó la noche del miércoles en el Partenón de Atenas tras una breve ceremonia en lo alto de la Acrópolis.
El remero griego Stefanos Ntouskos, medallista olímpico de oro, llevó la antorcha por el recinto y encendió un pebetero colocado junto al antiguo templo.
La parada marca la última etapa antes de que la llama sea entregada a los responsables de los Juegos de Invierno de Milán Cortina.
Italia acogerá sus terceros Juegos de Invierno, pero los preparativos se han visto afectados por el aumento de los costes y los retrasos vinculados a obras de gran envergadura.
Para los organizadores, la estancia nocturna de la llama en Atenas ofrece un momento de tradición y calma antes de los desafíos que se avecinan.