Ninguna de las cuatro iniciativas que habrían endurecido el acceso a las armas alcanzó los 60 sufragios mínimos para salir adelante.
Ninguna de las cuatro iniciativas que habrían endurecido el acceso a las armas alcanzó los 60 sufragios mínimos para salir adelante.
Dos de las propuestas buscaban impedir que personas investigadas por posibles lazos terroristas puedan comprar armas:
“¿Por qué si tengo que pasar por un riguroso escrutinio cada vez que me subo a un avión para protegerme del terrorismo, no se utiliza ese mismo escrutinio para que aquéllos que están siendo investigados por terrorismo puedan comprar un arma?”, aseguró Bárbara Mikulski, senadora demócrata para Maryland.
Los republicanos no conciben que el Gobierno federal pueda negar a alguien un derecho constitucional y consideran que ello debe ser en todo caso tarea de los jueces, mientras que los demócratas creen que dejarlo en manos de la justicia ordinaria haría la medida poco efectiva.
“Este es un problema muy grave que requiere una respuesta seria. Y tiene solución, por lo que me comprometo a buscarla. Sin embargo, para encontrar esa solución tenemos que unirnos en vez de presentar diferentes propuestas, que ya han fracasado por mayoría en esta cámara cuando votamos en diciembre. Dejemos a un lado los juegos partidistas y hagamos juntos una propuesta que se efectiva y de una respuesta al pueblo americano”, añadió Kelly Ayotte, senadora republicana para New Hampshire.
Una vez más el debate de reforma se libra entre los que quieren proteger el derecho constitucional al uso de armas y el intento de evitar que las armas caigan en manos equivocadas que puedan cometer matanzas.
Con 321 millones de habitantes, se calcula que hay en EE UU unos 270 millones de armas de uso privado. Es la proporción más alta del mundo.