A medida que el cerco sobre Mosul es mayor, aumenta también el peligro tanto para los soldados de las fuerzas iraquíes como sobre todo para los civiles atrapados en la…
A medida que el cerco sobre Mosul es mayor, aumenta también el peligro tanto para los soldados de las fuerzas iraquíes como sobre todo para los civiles atrapados en la ciudad.
Según anunciaba la ONU este viernes, los hombres del Dáesh habrían matado allí a 200 civiles y hasta a 50 desertores que trataban de huir. Además, estarían reclutando a niños, cualquiera que tenga nueve años o más, para hacerlos combatir. Les llaman “cachorros del califato”.
“El combate está siendo duro”, reconoce un oficial iraquí. “Porque se están escondiendo con familias. Hemos conseguido liberar a algunas que el Dáesh estaba utilizando como escudos humanos”.
La ONU asegura también que los yihadistas mataron el miércoles a 180 personas en Gogjali, al este, y que en Tal Afar, al oeste, mantienen retenidas a cerca de 400 mujeres yazidíes, kurdas y chiíes.
Muchos de los civiles que consiguen escapar se dirigen a Hasanshan, al norte de Mosul, donde se ha levantado un nuevo campamento de refugiados.
“Hemos notado un aumento considerable en términos de afluencia en los últimos dos días, y estimamos que sucederá lo mismo durante las próximas jornadas”, informan desde allí.
Desde que comenzó la ofensiva sobre Mosul, el pasado 17 de octubre, un centenar de aldeas han sido liberadas de las garras del Dáesh, que habría perdido a su vez a un millar de combatientes. Aún está por lograr, no obstante, lo más importante. Se estima que dentro de Mosul hay aún más de un millón de civiles.