La medida cautelar fue ordenada por un magistrado de la Corte Suprema de Justicia que aseguró que se trata de una decisión "necesaria" ante el historial de abusos perpetrados contra esas personas dentro de los centros de reclusión brasileños.
A pesar de ocupar la silla presidencial, la diatriba de Jair Bolsonaro contra la comunidad LGBTIQ no ha llegado a las puertas de la Corte Suprema de Justicia de Brasil, al menos no a oídos del magistrado Luís Roberto Barroso que determinó este miércoles 26 de junio que todas las presas transgénero podrán cumplir sus condenas en cárceles destinadas a mujeres.
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Barroso que no ondea ninguna bandera reinvidicativa en particular, basó su decisión en la tasa de asesinatos que azota a esta comunidad, especialmente en los recintos penitenciarios.
Según cifras de la ONG Grupo Gay Bahia (GGB), en el país suramericano **una persona muere cada día por homofobia y hasta el mes de mayo se registraron 141 casos de asesinatos de la misma naturaleza. **
"Se trata de una providencia necesaria para asegurar su integridad física y psíquica, ante el historial de abusos perpetrados contra esas personas en situación de encarcelamiento", dijo el magistrado.
La medida cautelar fue una respuesta concedida a la propuesta de la Asociación Brasileña de Gays, Lesbianas y Transgéneros, aunque se abstuvo de incluir a los hombres transgénero y a los travestis.
Estos últimos quedaron por fuera de la decisión porque dentro de la comunidad LGBTIQ no existe un consenso en relación con la forma como deben ser tratados, por lo que el tema seguirá en discusión en los tribunales, así lo informó la agencia de prensa EFE.
La situación es crítica. En febrero de 2018, el juez debió ordenar el traslado de dos presas transgénero a una cárcel de mujeres por estar "sufriendo todo tipo de maltratos físicos y psicológicos".
"Uno de los grupos más marginados en la sociedad brasileña. La discriminación que sufren tiene naturaleza esencialmente cultural o simbólica, que deriva de modelos sociales de representación que excluyen lo diferente, produciendo el no reconocimiento e incluso el mismo, desprecio", aseguró Barroso.
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GGB declara que la cifra de muertes por homofobia en Brasil superó los 400 casos anuales en los últimos dos años, siendo 2017 el año en el que más se registraron víctimas por intolerancia y discriminación contra la población LGTBIQ.
Ese año una persona trans fue asesinada cada 48 horas en Brasil, el mayor índice en los últimos 10 años.