Miles de personas participaron en una procesión fúnebre en Kerbala este sábado por los ocho muertos por el ataque estadounidense de este viernes en Irak, entre ellos el del dirigente iraní Qasem Soleimaní.
PUBLICIDAD
Miles de personas participaron en una procesión fúnebre en Kerbala este sábado en los funerales de los ocho muertos por el ataque estadounidense del viernes pasado en Irak, entre ellos el del dirigente iraní Qasem Soleimaní y destacados líderes de milicias iraquíes.
Los representantes de Multitud Popular mostraron su indignación y prometieron venganza contra Estados Unidos. Las marchas fúnebres dieron comienzo a primera hora del sábado en Bagdad. Los vehículos que portaban los féretros, acompañados por numerosos seguidores y milicianos de Multitud Popular, se dirigieron a la zona de Al Kazimiya, en el norte de la capital iraquí.
Al su paso por la fortificada Zona Verde algunos milicianos chiíes y seguidores de varias facciones intentaron acercarse a la Embajada estadounidense. Fuerzas de seguridad iraquíes y los vigilantes de esta área donde se encuentran todas las sedes gubernamentales se lo impidieron. Horas después dos proyectiles impactaron en la Zona Verde de Bagdad.
Para Richard Shultz, profesor de Política Internacional y director del Programa de Estudios de Seguridad Internacional en la Universidad Tufts, la respuesta iraní es probable: "Algunas fuerzas podrían atacar a diplomáticos o a militares estadounidenses en Irak, todo eso está ciertamente sobre la mesa. Podrían atacar los envíos en el Golfo, eso también estaría sobre la mesa. Tienen una red internacional de organizaciones terroristas a las que apoyan. Podrían usarlas".
Según The New York Times el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó la decisión de matar al dirigente iraní Qasem Soleimaní para evitar un supuesto atentado inminente que estaría preparando para acabar con cientos de militares y diplomáticos estadounidenses en Oriente Medio, todo ello en pleno año electoral marcado, además, por el juicio político en su contra.