Estados Unidos: los indios Navajo luchan a muerte contra el coronavirus, olvidados por el poder

Indios navajos se alinean en sus vehículos para acceder al Centro de Salud Oljato cerca de Monument Valley, Arizona, Utah, el 17 de abril de 2020.
Indios navajos se alinean en sus vehículos para acceder al Centro de Salud Oljato cerca de Monument Valley, Arizona, Utah, el 17 de abril de 2020. Derechos de autor Kristin Murphy/AP
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Por Joël Chatreau
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Desde la invasión de los conquistadores a finales del siglo XVIII, los amerindios, desde el norte hasta el extremo sur del continente, no han dejado de ser combatidos y masacrados por el "hombre blanco civilizado" que, además les ha transmitido numerosas epidemias.

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No es una historia nueva... Desde la invasión de los conquistadores a finales del siglo XVIII, los amerindios, desde el norte hasta el extremo sur del continente, no han dejado de ser combatidos, masacrados, reprimidos, acorralados y aculturados por el "hombre blanco civilizado". Y este último, por el mismo precio, les transmitió todas las sucesivas grandes epidemias.

Una vez más, las naciones indias no han tenido la oportunidad de escapar del nuevo coronavirus.

Entre ellos, los Navajos, presentes desde el siglo XVI en el suroeste de los Estados Unidos, están en la primera línea de la pandemia que ha causado tantas víctimas en todo el país.

Hablamos de Nueva York y es normal, pero nos olvidamos del mayor territorio nativo americano, el del pueblo Navajo, que tiene una tasa de infecciones por Covid-19 casi equivalente a la de la megalópolis neoyorquina.

Doce centros de salud en 71.000 km 2

La diferencia notable, sin embargo, es la pobreza de los servicios de salud disponibles para estos nativos americanos: una docena de centros médicos se pierden en medio de un vasto territorio de 71.000 kilómetros cuadrados que se extiende a lo largo de varias regiones de Nuevo México, Utah y Arizona.

Jonathan Nez, el líder de la nación, no está resignado sino profundamente entristecido: "Somos los primeros ciudadanos de este país, pero hemos sido olvidados... Espero que eso cambie..."

AP
Una trabajadora se toma un respiro en el centro de salud de Monument ValleyAPKristin Murphy

Dentro de la reserva, el primer caso de infección por coronavirus fue detectado el 17 de marzo. Unos 40 días más tarde, la cantidad explota, superando ahora las 1.280 personas infectadas. El número de muertes, más de 50, sigue siendo moderado, pero los navajos no se hacen ilusiones. Hay pacientes graves, y el número de muertes no puede sino aumentar.

Homenaje a una de las víctimas en Twitter: Valerie Tsosie, madre de ocho hijos

Valerie Tsosie, una madre dedicada cuyo trabajo en la Nación Navajo la llevó al frente de la lucha contra el #Coronavirus, ha sucumbido al #COVID19. Deja atrás 8 niños... 4 son menores de 18 años.

Cada nueva pandemia es una hecatombe para los pueblos originarios

Tribus enteras de amerindios fueron diezmadas por la gripe española en 1918-1919. Y es importante señalar que la tasa de mortalidad entre ellos causada por la epidemia de gripe H1N1 en 2009 fue cuatro veces más alta que entre cualquier otra minoría en los Estados Unidos. Con cada pandemia surge la misma evidencia: las catastróficas situaciones económicas y sociales en las que se sobreviven las primeras naciones no hacen sino agravar el fenómeno.

Allison Barlow, directora del Centro para el Estudio de la Salud de los Indios en la Universidad Johns Hopkins, es inflexible: "Desde la llegada de los conquistadores, han sufrido nuevos virus que les han diezmado en olas sucesivas".

Fabricación de máscaras protectoras en la comunidad:

La Nación Navajo ha sido severamente impactada por la pandemia del Coronavirus/Covid19. Estamos muy orgullosos del trabajo de la administradora del Museo Heard, Ginger Sykes Torres, y su familia, quienes han fabricado y donado cerca de 400 máscaras (y más en el futuro) a la comunidad médica que sirve a la Nación Navajo.

"Nuestros ciudadanos no pueden darse el lujo de poder abrir un grifo."

No sólo faltan las estructuras y los medios para la atención sanitaria, sino que las condiciones de salud son también deplorables en la reserva de los Navajos. La construcción de las redes de agua se llevó a cabo hace ahora un siglo, como por casualidad, pasando por alto el gigantesco, aunque en gran parte desértico territorio. Varias ONG para la defensa de los pueblos amerindios han establecido que alrededor del 30% de las familias navajo no tienen acceso a agua corriente, y la mayoría de las veces tienen que ir a buscar agua hasta 40 kilómetros de sus casas.

El presidente de la comunidad, Jonathan Nez, expresa una ira sorda:

En el corazón de la mayor potencia del mundo, los Estados Unidos de América, nuestros ciudadanos no pueden darse el lujo de abrir un grifo para lavarse las manos con agua y jabón...

Al igual que la mayoría de las demás tribus, los navajos abandonaron sus tierras ancestrales a cambio de bellas promesas del gobierno federal de los Estados Unidos, entre las que se incluía la de proporcionar educación y atención sanitaria gratuitas, de forma indefinida. Un pacto que está muy lejos de haberse cumplido.

AP
Pruebas de infección a la entrada del centro de salud de Monument ValleyAPKristin Murphy
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