Los bolivianos deben esperar hasta 6 días o más para que las autoridades retiren los cuerpos de sus hogares. En muchas ocasiones ni siquiera llegan.
El Gobierno de Bolivia no da abasto con la pandemia del coronavirus. Con más de 3.000 fallecidos y casi 80.000 contagios hasta la fecha, un grupo de empresarios e ingenieros han decidido tomar acción y fabricar hornos crematorios móviles, para responder a la demanda de los servicios funerarios.
Carlos Ayo, ingeniero ambientalista, asegura que el proyecto intenta llegar a los lugares que no cuentan con las instalaciones necesarias para enfrentar la tan insual situación, y ayudar a las familias que tampoco cuentan con los recursos necesarios para cremar a sus seres queridos.
Tras el inicio de la pandemia, se ha reportado en varios países latinoamericanos, y en especial Bolivia, el abandono de cuerpos en los espacios públicos debido al colapso de cementerios y funerarias.
"Los familiares abandonan los cuerpos en las calles por miedo a contaminarse", explicó Ayo. Los bolivianos deben esperar hasta 6 días o más para que las autoridades retiren los cuerpos de sus hogares. En muchas ocasiones ni siquiera llegan.
Ante la emergencia, el ninisterio de Salud activó un protocolo en el que se establecía que los cuerpos podían ser enterrados fuera de los cementerios y en fosas comunes.