Cada vez más empresas multinacionales se retiran de Rusia o cierran temporalmente. Nestlé y Heineken se han unido a McDonald's y Starbucks para evitar las calles rusas. Las reacciones en Moscú han sido diversas.
La presión de las sanciones sobre la economía rusa empieza a surtir efecto. La agencia de calificación Fitch ha rebajado la calificación de la deuda soberana de Rusia, que pasa de "B" a "C", justo por encima del estatus de "bono basura", que es la categoría de los países que corren el riesgo de no poder pagar su deuda.
Mientras tanto, más empresas multinacionales se retiran de Rusia o cierran temporalmente. Nestlé y Heineken se han unido a McDonald's y Starbucks para evitar las calles rusas.
Las reacciones en Moscú han sido diversas:
"No puedo decir que me arrepiento, habrá un café diferente. Es triste ver lo que está pasando en el país, pero lo superaremos. Creo que tendremos una alternativa", dijo Svetlana Isayeva, gerente de un grupo minorista.
"Nadie quiere que esto pase [que las empresas se vayan], pero si cierran, que cierren. Habrá más empresarios rusos aquí", dijo otro residente de Moscú.
"No me preocupa que McDonald's cierre, creo que salvar vidas es mucho más importante que comer comida sabrosa", dijo Stanislav Logvinov, un estudiante ruso.
El Kremlin ha acusado a Estados Unidos y sus aliados de librar una guerra económica contra Rusia.