El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha pedido disculpas a la nación antes de la votación sobre su destitución y ha prometido afrontar todas las consecuencias legales tras intentar imponer la ley marcial. El resultado de la votación del sábado le mantiene como presidente.
Yoon Suk Yeol, presidente de Corea del Sur, se enfrenta una crisis política sin precedentes tras su intento de imponer la ley marcial. Los miembros del Partido del Poder Popular (PPP) han tomado la decisión estratégica de boicotear la iniciativa parlamentaria de su destitución y rechazar una investigación sobre la primera dama, Kim Keon Hee.
La actual distribución de escaños en la Asamblea Nacional de Seúl es crítica ya que se necesitan dos tercios de votos (200 votos) para conseguir que la moción de destitución prospere:
- Partido del Poder Popular (PPP): 108 escaños
- Partidos de oposición: 192 escaños
La votación ha sido en bloque por parte del partido de Yoon, con lo que finalmente no será destituido, ni tampoco se enfrentará a la pena de muerte, un caso improbable pero que estaba sobre la mesa.
Horas antes de la sesión parlamentaria, Yoon realizó una intervención televisada en la que pidió perdón a la ciudadanía por el intento de imposición de la ley marcial, también aseguró que no eludirá responsabilidades legales o políticas aunque rechazó presentar su dimisión.
Una manifestación masiva con más de 150.000 personas se congregó frente a la Asamblea Nacional en Seúl ante la votación de esta destitución. Los partidos de la oposición han calificado la orden de ley marcial de Yoon de "inconstitucional, rebelión ilegal o golpe de estado", y exigían su destitución.