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¿Podrá la Cúpula de Hierro de Israel frenar los misiles de Irán? La respuesta puede marcar la guerra

Misiles disparados por el IRGC durante una maniobra. 15 de enero de 2021
Misiles disparados por el IRGC durante una maniobra. 15 de enero de 2021 Derechos de autor  AP Photo
Derechos de autor AP Photo
Por Euronews
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Aunque la posible intervención estadounidense en el programa nuclear iraní es un punto de inflexión crítico en el curso de la guerra entre Israel e Irán, el destino de este conflicto depende de dos factores clave.

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Desde que Irán inició su respuesta militar a Israel la semana pasada, el sistema de defensa antiaérea israelí, la Cúpula de Hierro, ha demostrado su eficacia a la hora de interceptar la mayoría de los misiles iraníes, lo que ha dado a la Fuerza Aérea israelí tiempo suficiente para atacar a Irán sin incurrir en grandes pérdidas en el frente interno.

Sin embargo, a medida que la guerra continúa, Israel está consumiendo sus interceptores más rápido de lo que los está produciendo, lo que ha provocado una creciente preocupación dentro del 'establishment' de seguridad sobre si el país se quedará sin reservas antes de que Irán vacíe su arsenal, según ocho funcionarios actuales y anteriores.

Esto ha llevado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a racionalizar el uso de interceptores, dando prioridad a la protección de zonas pobladas e infraestructuras estratégicas. "Los interceptores no son granos de arroz", dijo el general de división retirado Ran Kochav, ex comandante del sistema de defensa aérea. "Su número es limitado", añadió: "Si los misiles tienen como objetivo las refinerías de Haifa, interceptarlos es mucho más importante que un misil que caiga en el desierto del Negev".

El Ejército israelí se niega a revelar el número de interceptores restantes para no dar ventaja a Irán, pero la información indica que hasta el miércoles por la mañana se habían disparado desde Irán unos 400 misiles, 360 de los cuales fueron interceptados o controlados hasta que cayeron en tierras deshabitadas o en el mar, mientras que unos 40 misiles alcanzaron sus objetivos.

Funcionarios israelíes calculan que Irán disponía de unos 2.000 misiles balísticos al estallar los combates, de los cuales entre un tercio y la mitad han sido utilizados hasta ahora, ya sea por disparos directos o por la destrucción de instalaciones de almacenamiento. Irán parece estar reduciendo la frecuencia de los ataques, reconociendo que sus arsenales pueden estar agotados.

Israel cuenta con siete sistemas de defensa, entre los que destacan:

- El sistema Arrow para interceptar misiles de gran altitud.

- La Honda de David (David's Sling) para interceptarlos a media altura.

- La Cúpula de Hierro para contrarrestar misiles de corto alcance y metralla interceptora.

Estados Unidos también ha proporcionado a Israel sistemas de defensa adicionales, algunos de los cuales se lanzan desde buques en el Mediterráneo, así como un nuevo sistema láser que no se ha probado ampliamente. También se utilizan cazas para interceptar drones.

Pero a medida que aumenta el número de víctimas civiles (24 hasta ahora y más de 800 heridos), voces dentro de Israel han empezado a pedir el fin de la guerra antes de que las defensas israelíes se pongan a prueba más allá de sus límites, especialmente si tienen que dedicar recursos a proteger lugares estratégicos como el reactor de Dimona o el cuartel militar de Tel Aviv.

Zohar Balti, antiguo alto oficial del Mossad, cree que Israel dispone de "una ventana de dos o tres días para declarar la victoria y poner fin a la guerra", tras haber logrado alcanzar la mayoría de los objetivos nucleares iraníes.

Otros apuestan por la capacidad de Israel para destruir los lanzadores iraníes restantes -tanto fijos como móviles- diseminados por encima y por debajo del suelo, con el objetivo de debilitar la capacidad de Teherán para lanzar ataques simultáneos a gran escala. Se calcula que Israel ha destruido más de un tercio de estos lanzadores, reduciendo la frecuencia de los ataques iraníes. "La verdadera cuestión es el número de plataformas más que el número de misiles", declaró Assef Cohen, excomandante de la Unidad de Asuntos Iraníes de la inteligencia militar, y añadió: "Cuantas más plataformas se destruyan, menos podrá Irán llevar a cabo ataques masivos, y tendrá que adoptar una táctica de acoso: uno o dos misiles de vez en cuando, apuntando a dos zonas diferentes para confundir la respuesta de la defensa".

Al final, la continuación y sostenibilidad de esta guerra depende de una confrontación cada vez mayor entre los limitados recursos de defensa de ambas partes y la capacidad de resistencia económica y moral ante la escalada de los costes humanos y materiales.

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