La cumbre de los BRICS en Río de Janeiro arranca con la notable ausencia de Xi Jinping y Vladímir Putin, lo que alimenta las dudas sobre la cohesión del bloque ampliado. Brasil buscará liderar una agenda moderada para evitar tensiones con EE.UU.
Los líderes de los BRICS se reúnen en Río de Janeiro (Brasil) para celebrar una cumbre de dos días en la que se espera tratar con cautela temas acuciantes como el ataque de Israel a Irán, la catástrofe humanitaria en Gaza y los aranceles comerciales impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Analistas y diplomáticos han señalado que la falta de cohesión en un BRICS ampliado, que duplicó su tamaño el año pasado, puede afectar a su capacidad para consolidarse como un nuevo polo en los asuntos mundiales. También consideran que la agenda moderada de la cumbre es un intento de los países miembros de mantenerse fuera del radar de Trump.
El presidente chino, Xi Jinping, ha faltado a la cita por primera vez desde su llegada al poder en 2012, alegando conflictos de agenda. El líder chino, de 72 años, ha enviado en su lugar al primer ministro Li Qiang para que represente a Pekín.
El presidente ruso, Vladímir Putin, tampoco asistirá para evitar ser arrestado por una orden de detención pendiente de la Corte Penal Internacional, de la que Brasil es miembro, según el Kremlin. Sí asiste el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, mientras que Putin pronunció un discurso por videoconferencia ante la asamblea.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó en su discurso del domingo que "asistimos al derrumbe sin parangón del multilateralismo" y que la reunión se celebra "en el escenario global más adverso" de las cuatro veces que Brasil ha sido anfitrión. Pidió que el grupo promueva la paz y medie en los conflictos.
"Si la gobernanza internacional no refleja la nueva realidad multipolar del siglo XXI, corresponde a los BRICS contribuir a su renovación", añadió Lula en su discurso de apertura.
La moderación que se espera en Río de Janeiro supone un cambio con respecto a la cumbre del año pasado organizada por Rusia en Kazán, cuando el Kremlin trató de desarrollar alternativas a los sistemas de pago dominados por Estados Unidos, lo que le permitió esquivar las sanciones occidentales impuestas tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
Se espera que la cumbre produzca tres declaraciones conjuntas, según fuentes implicadas en las negociaciones. Los líderes se preparan para aprobar potencialmente textos sobre la crisis humanitaria en Gaza, que está siendo atacada por Israel desde principios de octubre de 2023.
También se espera que los líderes de los BRICS elaboren declaraciones conjuntas sobre los ataques de Israel a Irán, así como una vaga declaración final sobre la guerra de Moscú en Ucrania y otros conflictos en Oriente Próximo.
Brasil, país que preside el bloque, ha elegido seis prioridades estratégicas para la cumbre: cooperación global en sanidad; comercio, inversión y finanzas; cambio climático; gobernanza para la inteligencia artificial; pacificación y seguridad; y desarrollo institucional. Para Lula, la cumbre es una pausa bienvenida en un escenario interno difícil, marcado por la caída de su popularidad y el conflicto con el Congreso.
La reunión también representa una oportunidad para avanzar en las negociaciones sobre el clima y en los compromisos de protección del medio ambiente antes de las conversaciones sobre el clima de la COP30 de noviembre en la ciudad amazónica de Belem, al norte de Brasil.