Al menos un bombardero estadounidense B-1B sobrevoló este jueves la costa venezolana, según datos de seguimiento de vuelos, aunque Trump negó el hecho. Es la segunda demostración de fuerza aérea en una semana, en plena campaña militar contra el narcotráfico que ya deja 37 muertos.
Datos del sitio web Flightradar24 confirmaron que dos bombarderos B-1 Lancer, operando bajo el identificativo BARB21, despegaron desde la base aérea Dyess en Texas y volaron hasta la costa venezolana el jueves por la mañana.
Los aviones sobrevolaron áreas próximas a la isla de Margarita y al archipiélago de Los Testigos, acercándose hasta menos de 10 kilómetros del territorio venezolano — en su punto más cercano, a apenas seis millas náuticas de Los Testigos — antes de virar hacia el norte. El B-1 tiene capacidad para transportar misiles de crucero y bombas guiadas de precisión, consolidándose como uno de los pilares del arsenal estratégico estadounidense.
Sin embargo, cuando se preguntó al presidente Donald Trump si Estados Unidos había enviado estos bombarderos cerca de Venezuela, respondió tajantemente que era "falso". "No estamos contentos con Venezuela por muchas razones", añadió el mandatario, citando las drogas como una de ellas.
Trump también expresó críticas contra Colombia y México, países que considera bajo control del narcotráfico, y reiteró sus insultos contra el presidente colombiano Gustavo Petro, al que calificó de "maleante" y "mal tipo".
Escalada militar en la región
Esta operación se produce en el marco de una agresiva campaña militar estadounidense contra presuntos traficantes de drogas. Desde principios de septiembre, el Pentágono ha llevado a cabo al menos nueve ataques letales contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, con un saldo de al menos 37 muertos. Estados Unidos aún no ha presentado pruebas de que los objetivos atacados —ocho lanchas y un submarino— estuvieran efectivamente traficando drogas.
El pasado 15 de octubre, dos bombarderos B-52 norteamericanos habían sobrevolado el mismo corredor marítimo frente a Venezuela, acompañando ejercicios del Grupo Anfibio Listo USS Iwo Jima y unidades de helicópteros AH-1Z Cobra y UH-1Y Venom. Según el Comando Sur de Estados Unidos, estas acciones forman parte de una operación conjunta de interrupción del tráfico ilegal de drogas que combina despliegue de bombarderos, barcos de guerra y cazas F-35, además de efectivos regionales aliados.
El seguimiento público de los vuelos muestra que en ningún momento las aeronaves estadounidenses ingresaron al espacio aéreo venezolano, manteniéndose en aguas internacionales.
Tensiones diplomáticas y respuesta venezolana
El despliegue militar incluye ocho buques de guerra, aviones de patrulla marítima P-8, drones MQ-9 Reaper, un escuadrón de cazas F-35 y un submarino operando en aguas sudamericanas. Trump sugirió el miércoles que podría extender los ataques a territorio continental, afirmando tener "autoridad legal" para hacerlo.
Las tensiones regionales se han intensificado como resultado de la campaña. Venezuela acusa a Estados Unidos de conspirar para derrocar al presidente Nicolás Maduro, quien enfrenta cargos de narcoterrorismo en territorio estadounidense. Maduro respondió el miércoles anunciando que su país cuenta con 5.000 misiles portátiles tierra-aire rusos para contrarrestar las fuerzas estadounidenses, y ordenó un nuevo despliegue de tropas en las costas venezolanas por 72 horas.
En el plano diplomático, la agenda de seguridad estadounidense se fortaleció la semana pasada con la visita oficial del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, a Granada y Antigua y Barbuda. Durante su estadía, discutió con las autoridades locales la eventual instalación temporal de radares y personal técnico estadounidense en el aeropuerto internacional de Granada.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, trazó un paralelismo directo entre esta campaña y la guerra contra el terrorismo declarada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Nuestro mensaje a estas organizaciones terroristas extranjeras es que las trataremos como hemos tratado a Al Qaeda", advirtió Hegseth en la Casa Blanca. "Los encontraremos, mapearemos sus redes, los cazaremos y los mataremos".