El Gobierno de Estados Unidos ha designado oficialmente al Cártel de los Soles como "organización terrorista". Los expertos aseguran que el grupo ni siquiera existe como tal; sin embargo, las consecuencias sí que son reales. ¿Cómo puede afectar la medida al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro?
El Gobierno de Estados Unidos designó oficialmente este lunes al Cártel de los Soles como "organización terrorista", una decisión que pone a la presunta banda en el punto de mira de Washington y le ofrece "nuevas opciones" en su lucha contra el narcotráfico en la región, según aseguran desde el Pentágono. Pero, exactamente, cómo puede afectar la medida al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al que la Administración Trump ha señalado como "líder" del grupo en repetidas ocasiones.
"Por lo tanto, por la presente designo a la organización antes mencionada, Cártel de los Soles, y sus respectivos alias como una Organización Terrorista Extranjera de conformidad con la sección 219 de la INA", informaba el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, en un anuncio publicado en el Registro Federal.
La medida, que se llevaba barruntando desde hace meses en la capital estadounidense, supone una nueva escalada entre Washington y Caracas, que en los últimos tiempos, en el marco de la operación Lanza del Sur, ha visto como EE.UU. ha desplegado numerosas tropas en aguas del mar Caribe y ha hundido numerosas embarcaciones a las que acusaba de estar involucradas en operaciones de narcotráfico.
"La designación otorgará más herramientas a nuestro Departamento de Guerra para brindarle opciones al presidente Donald Trump y, en última instancia, garantizar que nuestro hemisferio no será controlado por narcoterroristas, ni por cárteles, ni por lo que regímenes ilegítimos intenten imponer al pueblo estadounidense", adelantó la semana pasada el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en conversación con los medios. "Por lo tanto, se trata simplemente de tener nuevas opciones".
Se trata de la novena designación de "grupo terrorista" por parte del presidente Trump desde que volvió a la presidencia en enero, una lista en la que históricamente han estado presentes grupos islamistas, separatistas, guerrillas y, más recientemente, pandillas y organizaciones de narcotráfico de México y Colombia.
"El Departamento de Estado pretende designar al Cártel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (OTE)", avisó el secretario de Estado, Marco Rubio, la semana pasada. "Liderado por el ilegítimo Nicolás Maduro, el grupo ha corrompido las instituciones gubernamentales en Venezuela y es responsable de la violencia terrorista perpetrada por y en colaboración con otras OTE designadas, así como del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa".
Aunque la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras no contempla por sí misma acciones militares, sí crea la base legal para operaciones más agresivas contra infraestructuras vinculadas al narcotráfico, incluso dentro de Venezuela.
Los recientes bombardeos estadounidenses contra embarcaciones sospechosas -que han dejado más de 80 muertos hasta la fecha- elevan la percepción de que un ataque limitado sobre pistas o enclaves utilizados por redes ilícitas no sería descartable. Para Maduro, esto alimenta el argumento de que Washington prepara un escenario de intervención para forzar su salida.
¿Cómo afecta a Maduro?
La designación del llamado Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera coloca a Nicolás Maduro en una posición de vulnerabilidad inédita frente a Estados Unidos.
Aunque expertos cuestionan la existencia formal de dicho cártel y lo describen más bien como una red de corrupción tolerante con las actividades ilícitas en Venezuela, la decisión de Washington implica que el presidente venezolano -al que acusa de liderar esa estructura- pasa a ser tratado en la misma categoría que jefes de grupos armados internacionales responsables de actos de “violencia terrorista”.
Para Maduro, esto supone que cualquier contacto, apoyo o transacción que pueda interpretarse como respaldo al Gobierno venezolano queda potencialmente bajo el paraguas penal y sancionatorio del Departamento de Estado.
En lo político, la medida podría profundizar el aislamiento internacional del mandatario y estrecha su margen de maniobra. El Gobierno de EE.UU. sostiene que existe “base fáctica suficiente” para la acusación, lo que refuerza el discurso estadounidense de que Maduro no es un dirigente legítimo sino un actor criminal.
Esta narrativa dificulta cualquier negociación directa mientras el chavismo permanezca cohesionado. Analistas apuntan que, si la red de poder que rodea a Maduro no se fractura, la probabilidad de un diálogo efectivo con Washington es prácticamente nula.