Astaná dio la bienvenida a los líderes de las principales religiones del mundo en el 8.º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, un foro de alto nivel donde los llamamientos a la paz, el diálogo y la protección del patrimonio religioso ocuparon un lugar central.
Astaná ha acogido el 8.º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, reuniendo a 100 delegaciones de 60 países bajo el lema “Sinergia para el Futuro”.
El presidente Kassym-Jomart Tokayev instó a los líderes religiosos a evitar el "descenso al caos" del mundo, mientras que los debates se centraron en los conflictos mundiales y la salvaguardia del patrimonio religioso. La Alianza de Civilizaciones de la ONU celebró su primera sesión en el Congreso, advirtiendo sobre las crecientes amenazas a los lugares sagrados.
El evento de tres días terminó con la Declaración de Paz de Astaná, pidiendo diálogo y acción conjunta.