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¿Cuánto tiempo podrá la economía rusa seguir financiando el frente de guerra?

Vladímir Putin se dirige a su Consejo de Seguridad durante una vídeoconferencia del 24 de octubre de 2025
Vladímir Putin se dirige a su Consejo de Seguridad durante una vídeoconferencia del 24 de octubre de 2025 Derechos de autor  Alexander Kazakov / Kremlin Pool Photo y Sputnik vía AP
Derechos de autor Alexander Kazakov / Kremlin Pool Photo y Sputnik vía AP
Por Doloresz Katanich
Publicado Ultima actualización
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Rusia no parece tener grandes obstáculos inmediatos, según los expertos, gracias a su fondo soberano, una mayor recaudación de impuestos a las empresas y una menor dependencia de las exportaciones, que inutilizan las sanciones occidentales a su petróleo y gas.

Rusia se enfrenta a una nueva oleada de sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Esto, sin embargo, no basta para frenar su capacidad bélica. "La posibilidad de una recesión no significa casi nada para la estabilidad económica y política de Rusia en estos días", dice Vladislav Inozemtsev, cofundador y miembro del Consejo Asesor del Centro de Análisis y Estrategias en Europa (CASE), un laboratorio de ideas europeo.

La inflación rusa sigue alta y va unida a una fuerte desaceleración económica. Esta alcanzó un máximo del 10,3% en marzo y se redujo al 8% en septiembre: el doble del objetivo del 4% fijado por el Banco de Rusia y el cuádruple respecto a los estándares bancarios occidentales, del 2%.

A pesar de esta alta tasa, el banco central ha recortado agresivamente -casi 50 puntos porcentuales- sus tipos de interés de referencia hasta el 16,5%, el cuarto recorte consecutivo y una sorpresa para los mercados que esperaban una pausa. Los elevados tipos y la escasez de mano de obra (la tasa de desempleo es del 2,1%) han frenado el crecimiento.

La confianza empresarial también se ha debilitado. El PMI compuesto de S&P Global Russia cayó a 46,6 en septiembre desde el 49,1 de agosto, marcando el cuarto mes consecutivo de contracción del sector privado y su lectura más baja desde octubre de 2022, viéndose afectados tanto el sector manufacturero como el de servicios.

A pesar de todo, la economía creció un 1,4% interanual en el primer trimestre de 2025 y un 1,1% en el segundo, por lo que de momento se situaría en línea con las cifras de los dos años anteriores, cuyos cuatro trimestres sumaron un 4,1%.Pero aunque Oxford Economics certifica lo evidente -la economía rusa no ha entrado en recesión- sus expertos afirman ante 'Euronews Business' que esperan que el crecimiento del tercer trimestre se rebaje al 0,2% intertrimestral.

"Esperamos tasas de crecimiento similares a corto plazo, pero es posible que las recientes sanciones petroleras inclinen la economía hacia una recesión", añaden los analistas. Vladislav Inozemtsev, de CASE, declara lo siguiente: "El sentimiento empresarial es, en términos generales, sombrío. Los empresarios prevén un empeoramiento de las condiciones generales, un estancamiento económico, un descenso de la demanda de consumo y un aumento de los impuestos".

Este economista prevé que una recesión moderada afecte a la economía rusa en los próximos meses, con "una contracción de entre el 1% y el 1,4% en 2026". La economía rusa se ha adaptado a la guerra, según un reciente informe del Centro de Análisis y Estrategias en Europa (CASE), que sin embargo prevé un periodo de estancamiento político y económico en Rusia para los próximos diez años.

¿Funcionan las sanciones?

Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han impuesto nuevas sanciones contra Moscú este octubre, que se suman a una larga lista de restricciones que se han ido aplicando gradualmente desde que Rusia invadió Ucrania en 2022. EE.UU. sancionó directamente a las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, y a sus filiales.

Los países de la UE adoptaron su decimonoveno paquete de sanciones, que incluye la prohibición total del gas natural licuado (GNL) ruso a partir de 2027, y la prohibición de las importaciones de petróleo y gas de Rosneft y Gazprom. El bloque también ha adoptado nuevas sanciones para impedir que Rusia eluda las restricciones anteriores, impidiendo recibir inversiones o determinados servicios financieros e infraestructuras. A ello se suma la prohibición del comercio de material bélico.

Estas medidas "aumentan sustancialmente la presión sobre la economía de guerra rusa", según la UE. A pesar de ello, y según los analistas, Rusia es un objetivo especialmente difícil por sus exportaciones de muchos productos básicos cruciales como petróleo, gas, fertilizantes, trigo y metales preciosos. Y el Kremlin ha encontrado formas de eludir las sanciones y restricciones, como el comercio a través de su 'flota fantasma' de petroleros y un aumento de las exportaciones a China y la India.

Los expertos se preguntan si las sanciones detendrán los esfuerzos bélicos rusos aunque empujen la economía del país a la recesión. Las cifras de la CASE confirman que la dependencia del petróleo y el gas por parte del presupuesto federal se ha reducido drásticamente. Su participación en los ingresos totales cayó de más del 50% en 2011-2014 a solo el 25% a mediados de 2025.

El descenso refleja la caída de los precios del petróleo y de la producción rusa, junto con el rápido fortalecimiento del rublo y el impacto de las sanciones occidentales. Los ataques de drones ucranianos a las refinerías de petróleo rusas no están teniendo un gran impacto en los volúmenes de exportación, afirma Inozemtsev: "Rusia vende tanto crudo como petróleo procesado. Si se vuela una refinería, la cuota de crudo simplemente sube, ya que se lleva a los puertos sin procesar".

La receta del Kremlin: menos dependencia de las exportaciones, más impuestos para las empresas rusas y tirar del fondo soberano y los préstamos

Los ingresos de Rusia por su producción de hidrocarburos siguen disminuyendo debido a la caída de los precios. Los analistas de Oxford Economics añaden que, en septiembre, el presupuesto recibió 582.500 millones de rublos (equivalentes a 6.300 millones de euros) en ingresos por hidrocarburos, un 25% menos que en el mismo mes de 2024.

"Estas sanciones no importan mucho", dice Inozemtsev. "Putin no paga su guerra con los dólares o yuanes que obtiene de las exportaciones. Paga a los trabajadores y soldados con los rublos que su Banco Central puede imprimir o que su servicio fiscal recauda de las empresas rusas, con un aumento interanual del 13,2% en octubre".

A largo plazo, la reducción de las compras por parte de India y China amenaza con recortar los ingresos clave, pero aunque las exportaciones de petróleo ruso tanto a India como a China disminuyan un tercio, "los militares no lo notarán durante al menos un año y muy probablemente durante más tiempo", añade Inozemtsev.

"La guerra podría durar años", resumen las fuentes de Oxford Economics. "Rusia aún tiene dinero en su fondo soberano (el 5,9% del PIB en total en septiembre, incluido el 1,9% del PIB en activos líquidos)". El fondo es una fuente clave de ingresos para financiar el déficit presupuestario, previsto en el 2,6% del PIB.

Según el informe de CASE, se espera que la deuda nacional de Rusia con respecto a su PIB se sitúe en el 17,7% a finales de 2025, lo que se suma a las perspectivas fiscales estables del país. En comparación, la deuda francesa se sitúa en torno al 116% de su PIB y la japonesa vuela por encima del 200% desde hace tres años. "El Gobierno podrá financiar la guerra mientras el déficit sea manejable y pueda cubrirse con el fondo soberano y con préstamos en el mercado nacional de bonos", según Oxford Economics.

Inozemtsev añade que los depósitos privados en los bancos rusos son suficientes, "ahora cinco veces la totalidad del presupuesto militar para 2025". Y aconseja: "Yo sugeriría que uno no debe engañarse a sí mismo, esperando que la disminución de las exportaciones rusas mine pronto la capacidad de Putin para hacer la guerra".

Está por ver si las exportaciones caerán realmente, aunque realmente ya no influyan en la economía rusa como antes: "Lo más probable es que Rusia siga exportando petróleo, pero con un mayor descuento y a través de más intermediarios para ocultar el origen del petróleo", dice Ribakova. "En el caso de China, es casi imposible controlar las transacciones".

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