El primer ministro de Hungría, que visitará la Casa Blanca la próxima semana, planea abordar las amplias sanciones impuestas por Estados Unidos al sector energético ruso. Cuando se le preguntó si los aranceles de Trump sobre el petróleo eran un error, Orbán consideró que habían ido demasiado lejos.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo que la próxima semana abordará con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las nuevas sanciones impuestas por Washington al petróleo ruso. La semana pasada, Estados Unidos impuso sanciones a las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil; además, la UE incluyó a la primera en su lista negra.
"Estamos discutiendo cómo construir un sistema sostenible para la economía de mi país, porque Hungría depende en gran medida del petróleo y el gas rusos. Sin ellos, los precios de la energía se dispararán, provocando escasez en nuestros suministros", declaró Orbán al diario italiano 'La Repubblica', durante una visita a Roma.
Cuando se le preguntó si Trump había cometido un error al apuntar al sector energético ruso, Orbán señaló que, en su opinión, había ido demasiado lejos y aseguró que Hungría encontrará una "salida" a las sanciones.
Hungría, un país sin acceso al mar, importa la mayor parte de sus combustibles fósiles de Rusia, a pesar de los reiterados llamamientos de Estados Unidos y la Unión Europea para que ponga fin a su dependencia energética de Moscú, una cuestión que se ha convertido en un punto de tensión en el escenario internacional.
El impacto de las sanciones estadounidenses
El ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, dijo que su Gobierno está examinando el posible impacto de las sanciones que, según Estados Unidos, se mantendrán hasta que el presidente ruso, Vladímir Putin, muestre una verdadera voluntad de negociar un alto el fuego en Ucrania.
"En cuanto a las sanciones estadounidenses, dado que su entrada en vigor aún está lejos, estas medidas aún no han causado ninguna pérdida o dificultad en términos de nuestras importaciones de energía de Rusia", explicó Szijjártó en una rueda de prensa en Budapest, el lunes.
Por su parte, la Comisión Europea afirmó que las sanciones estadounidenses no suponen ningún peligro inmediato para la seguridad de los suministros a Europa, ya que los Estados miembros están obligados a mantener reservas de petróleo durante 90 días.
"Obviamente, la decisión de la semana pasada puede tener repercusiones y queremos asegurarnos de que nuestros Estados miembros están preparados, de que tienen un plan y de que estamos aquí para ayudarles", declaró a los periodistas Anna-Kaisa Itkonen, portavoz de la Comisión Europea.
Aumenta la presión sobre Eslovaquia y Hungría
Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, la UE ha acometido varios intentos de reducir su dependencia energética de Rusia. En 2022, el bloque prohibió la compra de petróleo ruso por oleoducto, con exenciones para Hungría y Eslovaquia. Sin embargo, aunque no se prohíbe el gas ruso por gasoducto, la UE planea eliminar progresivamente todas las importaciones de combustible para finales de 2027 en el bloque.
Max Whitaker, embajador de EE.UU. ante la OTAN, criticó el domingo en 'Fox News' a Hungría por no hacer lo suficiente para acabar con la dependencia. La semana pasada, Washington optó por sancionar al sector energético ruso por primera vez desde que comenzó la guerra en Ucrania.
"Hungría, a diferencia de muchos de sus vecinos, no ha hecho ningún plan ni ha dado ningún paso activo. Vamos a trabajar con sus vecinos, como Croacia y otros países, que pueden ayudarles. Y lo más probable es que ese oleoducto se cierre en los próximos años", comentó Whitaker, refiriéndose al oleoducto de Druzhba.
Eslovaquia también tendrá que presentar un plan para desvincularse de la energía rusa, añadió. Según el Centro para el Estudio de la Democracia, Hungría ha aumentado aún más su dependencia energética desde el inicio de la invasión total.
En 2022, el 61% de las necesidades húngaras de crudo se importaban de Rusia. En lo que va de año, ha aumentado hasta el 92%, mientras que Eslovaquia depende casi totalmente de Rusia para la importación de petróleo.