Aunque el uso del efectivo disminuye de forma sostenida en la eurozona, más de la mitad de las transacciones aún se realizan en metálico, con grandes diferencias entre países por factores culturales, económicos y tecnológicos.
El uso de monedas y billetes disminuye de forma sostenida en toda Europa, aunque sigue siendo generalizado. En muchos países de la eurozona, el efectivo continúa siendo el método de pago más habitual tanto por número como por valor de las transacciones.
Según una encuesta del Banco Central Europeo (BCE), la cantidad mediana de efectivo que la gente lleva en la cartera en la eurozona era de 59 euros en 2024. Esta cifra varía notablemente, de 35 euros en Países Bajos a 82 euros en Luxemburgo y Chipre.
Entre las cuatro grandes economías de la UE, Alemania registra la mayor cantidad mediana de efectivo que se lleva a diario, con 69 euros, mientras que Francia tiene la menor, con 50 euros. Italia se sitúa más cerca de la parte baja y España queda apenas por encima de la mediana de la eurozona.
En declaraciones a 'Euronews Business', el profesor Jakub Górka, de la Universidad de Varsovia, subrayó que el uso del efectivo está fuertemente influido por la cultura nacional.
"Los países del sur de Europa, con un clima más cálido y la costumbre de intercambiar y comerciar con más frecuencia en interacciones cara a cara, son de forma natural más propensos al efectivo, mientras que los países del norte, como Escandinavia, han mostrado históricamente una mayor tendencia a pasar más rápido a la banca electrónica y a los pagos no en efectivo", señaló.
El uso del efectivo sigue cayendo
La cuota de pagos en efectivo en el punto de venta (POS) ha ido disminuyendo gradualmente en la eurozona. El número de transacciones en efectivo bajó en 27 puntos porcentuales, del 79% en 2016 al 52% en 2024. En el mismo periodo, el valor de los pagos en efectivo cayó en 15 puntos, del 54% al 39%.
Más de la mitad de todas las transacciones se realizan en efectivo
Algo más de la mitad de todas las transacciones en la eurozona (52%) se pagaron en efectivo en 2024. En 14 de los 20 países de la eurozona, el efectivo siguió siendo el método de pago más utilizado. Representó entre el 45% y el 55% de las transacciones en aproximadamente la mitad de ellos. El uso del efectivo varía mucho, desde solo el 22% en Países Bajos hasta el 67% en Malta. También está por encima del 60% en Eslovenia, Austria e Italia.
"En países con un fuerte apego histórico al efectivo, como Alemania, Austria e Italia, el efectivo sigue profundamente arraigado en las transacciones diarias por la confianza en la moneda física, la experiencia histórica de crisis bancarias, las preocupaciones por la privacidad y la resistencia al rastreo digital", declaró Guillaume Lepecq, presidente de CashEssentials, a 'Euronews Business'.
En términos de valor, el efectivo supone una proporción menor de los pagos. Representa el 39% de todas las transacciones en la eurozona. Las cuotas nacionales van del 17% en Países Bajos al 59% en Lituania.
Las tarjetas, por su parte, representan el 39% de las transacciones y el 45% del valor total de los pagos en la eurozona. El uso de teléfonos y relojes inteligentes para comprar también va en aumento.
¿Por qué varía tanto el uso del efectivo?
La profesora Olive McCarthy, de la University College Cork, señaló que hay diversas explicaciones para las diferencias entre países en el uso del efectivo, vinculadas a factores sociales, económicos y culturales.
"Algunas razones pueden incluir distintos niveles de aceptación del efectivo, la velocidad de adopción digital y las preocupaciones sobre la privacidad de los pagos digitales, entre otras", dijo a 'Euronews Business'.
En la eurozona, Países Bajos y Finlandia son los dos países con menor cuota de pagos en efectivo y con las cantidades medianas más bajas de efectivo que se lleva encima. A modo de ejemplo, McCarthy señaló que Países Bajos tiene una tasa de aceptación del efectivo por debajo de la media, con solo el 79% de los negocios que aceptan efectivo.
También registra la tasa más baja de aceptación del efectivo entre restaurantes y cafés, que cayó del 98% en 2021 al 85% en 2024. Finlandia, por su parte, tiene la menor proporción de pequeñas y medianas empresas que prefieren pagos en efectivo, con solo el 8%. "Y, como era de esperar, ambos países figuran entre los que registran las tasas más altas de adopción digital a escala mundial", añadió.