Lisboa está identificando zonas prioritarias para crear refugios climáticos ante el aumento de las olas de calor. Mientras la ciudad aún no cuenta con una red oficial, Barcelona ya ofrece más de 400 espacios adaptados y sirve como modelo para el resto de Europa.
¿Adónde podemos ir para escapar del calor? Los refugios climáticos son cada vez más importantes durante las olas de calor intenso, como las que se viven estos días en Lisboa y otras ciudades europeas. Muchos lugares, como Barcelona, ya ofrecen a la población algo de frescor, como los parques y jardines públicos, bibliotecas, centros comerciales, museos o escuelas, abiertos durante el día para acoger a personas vulnerables a las temperaturas extremas.
"El efecto isla de calor se intensifica en estas olas de calor y suele ocurrir en las ciudades. Esto se debe a que tenemos ciudades densamente construidas, tenemos mucho asfalto que absorbe el sol y, al final del día, vemos que a las 18:00 o 19:00, todavía se puede tener mucho calor, aunque ya no haga sol, porque el suelo lo ha absorbido. Luego tenemos varios edificios y a menudo calles estrechas, lo que dificulta la circulación del aire", explica el científico de datos Manuel Banza a 'Euronews'.
El científico ha publicado un trabajo en el que identifica los posibles refugios climáticos en Lisboa. Sobre un mapa interactivo de la ciudad, superpuso una cartografía que mostraba la intensidad del efecto isla de calor urbano y añadió la ubicación de jardines, fuentes, bebederos, piscinas públicas y bibliotecas.
También buscó las zonas de la ciudad que, por no estar rodeadas de zonas verdes o tener una densidad de población considerable, más necesitan una intervención, e identificó seis áreas prioritarias en Lisboa: Baixa, Alto de São João y Rua Morais Soares, Chelas, Bairro do Rego, Parque das Nações y Ajuda.
En Lisboa, donde las molestias térmicas en los hogares son una realidad, el Ayuntamiento aún no ha promovido una red de refugios climáticos, pero el mapa elaborado por Manuel Banza puede ser una valiosa herramienta.
"Hay una gran amplitud térmica en los hogares y Lisboa es una de las peores ciudades de Europa en eficiencia energética, lo que significa que tanto en verano como en invierno la gente tiene problemas para calentar o enfriar sus casas. Por eso, tenemos la responsabilidad municipal y pública de transformar el espacio público en una extensión de nuestros hogares", argumenta.
Más de la mitad de los lisboetas que participaron en una encuesta de la Agencia de Energía y Medio Ambiente de Lisboa sobre pobreza energética declararon sentir molestias térmicas en sus casas, tanto en verano (56,5%) como en invierno (63,2%). Además de la incomodidad, el calor también se asocia a un aumento de la mortalidad. Portugal registró 284 muertes por calor entre el 28 de junio al 3 de julio.
Barcelona da ejemplo al resto de Europa
Barcelona ha liderado la creación de una red de refugios climáticos, con más de 400 emplazamientos, para bajar la temperatura que se siente en la ciudad. Y ha servido de modelo para el resto de ciudades europeas, pero no por ser pionera, porque ya existían los llamados 'centros de refrigeración' en todo el mundo. Lo que realmente convierte a la ciudad catalana en un gran ejemplo son los criterios claros para definir qué es un refugio.
"No cualquier espacio es automáticamente un refugio climático. Para que respondan a las necesidades de las poblaciones más vulnerables a las temperaturas extremas, realmente tienen que tener estos criterios mínimos, tienen que tener un espacio mínimo cubierto donde la gente pueda sentarse, pueda beber agua y pueda ir al baño", explica a 'Euronews' Ana Terra Amorim-Maia, investigadora especializada en adaptación climática urbana del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3).