Un informe de Compassion in World Farming revela que los cereales destinados a la ganadería industrial podrían alimentar a 2.000 millones de personas y liberar tierras de cultivo del tamaño de México.
Un total de 2.000 millones de personas más podrían alimentarse cada año si el mundo dejara de destinar cereales a la cría de animales en granjas industriales, según un nuevo informe publicado por la organización Compassion in World Farming. El estudio también señala que podría liberarse una superficie de tierras de cultivo casi del tamaño de México si se pusiera fin a esta práctica.
Los resultados, difundidos con motivo del Día Mundial de la Alimentación, muestran hasta qué punto la ganadería industrial afecta al suministro global de alimentos y revelan las ineficiencias que agravan el desperdicio mundial.
"Es sencillamente escandaloso que, mientras cientos de millones de personas pasan hambre y nos enfrentamos a una triple crisis planetaria, permitamos que cientos de millones de toneladas de alimentos se desperdicien cada año alimentando a animales criados en granjas industriales", afirmó Peter Stevenson, asesor jefe de políticas de Compassion in World Farming, la ONG ambiental y de bienestar animal autora del informe.
Un problema con múltiples causas
El desperdicio de alimentos es un fenómeno complejo con múltiples factores. A nivel global, según WWF, se pierden 1.200 millones de toneladas de alimentos, más del 15% de toda la producción, incluso antes de salir de las granjas.
En la Unión Europea, se desperdician casi 60 millones de toneladas de alimentos al año, lo que supone una pérdida de 132.000 millones de euros. Alrededor del 9% proviene de la producción primaria, como la agricultura, y un 18% del sector de transformación y fabricación. Más de la mitad del desperdicio se produce en los hogares.
Este nuevo análisis ofrece un ángulo distinto. Según los cálculos de Compassion in World Farming, cada año se desperdician 766 millones de toneladas de cereales para alimentar animales de granjas industriales, una cantidad superior a la que se pierde en los hogares (631 millones), los servicios alimentarios (290 millones) o el comercio minorista (131 millones).
El impacto de esta práctica va más allá del desperdicio de alimentos: amplía el uso de monocultivos, pesticidas y fertilizantes químicos, lo que deteriora la calidad del suelo, acelera la pérdida de biodiversidad y agrava la contaminación del agua y del aire.
De acuerdo con la ONG, si la UE dejara de utilizar cereales para alimentar animales en granjas industriales, se liberarían casi 15 millones de hectáreas de tierra cultivable, una superficie equivalente al tamaño de Grecia. En la actualidad, la UE destina cerca de 125 millones de toneladas de cereales a la alimentación animal, cantidad suficiente para alimentar a 247 millones de personas al año.
En Estados Unidos, las cifras son aún mayores: cerca de 160 millones de toneladas de cereales se usan para la ganadería industrial, cantidad que podría alimentar a más de 280 millones de personas.
El informe subraya que la conversión de alimentos en carne es profundamente ineficiente: se obtienen entre 3 y 25 calorías de carne por cada 100 calorías de cereales aptos para consumo humano. Si las tendencias actuales continúan, en 2040 el mundo necesitará producir aproximadamente el doble de cereales solo para alimentar animales.
Esfuerzos y soluciones
A principios de este año, la Unión Europea aprobó sus primeros objetivos legalmente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos. Los Estados miembros deberán lograr una reducción del 30% en minoristas, restaurantes, empresas de catering y hogares, y del 10% en procesadores y fabricantes de alimentos para 2030.
Estas metas, sin embargo, representan apenas una fracción de lo comprometido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que plantean una reducción del 50% en toda la cadena de suministro.
"Hace diez años, la UE y sus Estados miembros se comprometieron a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, entre los que se incluye la reducción del 50% del desperdicio alimentario en toda la cadena de suministro", recordó en febrero Theresa Mörsen, responsable de políticas de la ONG Zero Waste Europe.
Compassion in World Farming propone avanzar hacia una agricultura regenerativa que priorice alimentar a los animales con productos no aptos para el consumo humano, como pastos, subproductos y restos de comida. La ONG también ha publicado una herramienta interactiva que muestra cuántos alimentos se desperdician en distintos países a causa de la ganadería industrial.
La organización pide ahora a la ciudadanía firmar una carta abierta para instar a los gobiernos a adoptar políticas que prioricen la producción de alimentos para las personas, no para la alimentación animal. "Los gobiernos deben dejar de subvencionar con dinero público una agricultura industrial basada en el despilfarro de cereales y adoptar políticas justas que den prioridad a los alimentos frente a los piensos", declaró Anderson.