Una delegación del Parlamento Europeo se unió a las protestas en Georgia tras la suspensión de las conversaciones de adhesión a la UE. Ya son más de 400 los detenidos desde que estallaron las manifestaciones.
Una delegación del Parlamento Europeo ha visitado Georgia y ha marchado con los manifestantes pro-UE en las protestas contra la decisión del Gobierno de suspender las conversaciones de adhesión, que comenzaron hace dos semanas. Los seis eurodiputados también se reunieron con la presidenta prooccidental de Georgia, Salome Zourabichvili, así como con representantes de la oposición, grupos de la sociedad civil y medios de comunicación.
Los seis miembros de la delegación eran Rasa Jukneviciene, de Lituania, y Michal Szczerba, de Polonia, ambos miembros del Partido Popular Europeo, así como Nathalie Loiseau y Bernard Guetta, de Francia, del grupo Renovar Europe. El alemán Tobias Kremer, de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, y el neerlandés Reinier van Lanschot, de los Verdes/Alianza Libre Europea, también se unieron.
Al parecer, la Policía ha recurrido a tácticas más contundentes para reprimir los disturbios, con más de 400 manifestantes detenidos, entre ellos líderes y activistas de la oposición, y más de 100 personas atendidas por lesiones. Al menos 50 periodistas también han resultado heridos en las protestas nocturnas.
El partido gobernante, Sueño Georgiano, retuvo el control del Parlamento en las disputadas elecciones del 26 de octubre, unos comicios considerados en general como un referéndum sobre las aspiraciones de Georgia a la UE. La oposición ha acusado al partido gobernante de amañar los comicios con la ayuda de la vecina Rusia para mantener en el poder lo que denominan el "Sueño Georgiano amigo de Moscú".
Un cambio de énfasis
Pero las protestas contra las elecciones adquirieron una nueva dimensión y se extendieron más allá de la capital, Tiflis, tras la decisión de Sueño Georgiano de aparcar las conversaciones de adhesión a la UE hasta al menos 2028.
Esa decisión respondía a una resolución del Parlamento Europeo que criticaba las elecciones por no ser libres ni justas. En ella se afirmaba que las elecciones representaban otra manifestación del continuo retroceso democrático de Georgia "del que es plenamente responsable el partido gobernante Sueño Georgiano".
Los observadores internacionales afirman haber visto casos de violencia, sobornos y doble voto en las urnas, lo que ha llevado a algunos legisladores de la UE a exigir la repetición de los comicios.
La UE concedió a Georgia el estatus de país candidato en diciembre de 2023 a condición de que cumpliera las recomendaciones del bloque, pero Bruselas dejó en suspenso ese proceso a principios de año tras la aprobación de una controvertida ley de "influencia extranjera", considerada en general un golpe a las libertades democráticas.
Los críticos también han acusado al Sueño Georgiano de ser cada vez más autoritario y estar más inclinado hacia Moscú. El partido ha impulsado recientemente leyes similares a las utilizadas por el Kremlin para reprimir la libertad de expresión y los derechos de las personas LGTBIQ+.