La primera normativa del bloque sobre el bienestar de perros y gatos está en fase de debate, y a los expertos les preocupa que pueda fomentar de forma colateral el comercio ilegal de animales de compañía.
Varios eurodiputados y ONG especializadas han advertido de que la nueva propuesta de ley de la Unión Europea que pretende establecer normas mínimas comunes para la cría y tenencia de perros y gatos en el bloque deja lagunas respecto a su comercio en línea. Los expertos creen que, de aprobarse en sus condiciones actuales, la ley podría fomentar las llamadas "fábricas de cachorros", en las que se encadena a las crías.
En diciembre de 2023, la Comisión Europea propuso esta legislación para regular un mercado que genera en torno a 1.300 millones de euros cada año, con el fin de mejorar la trazabilidad de perros y gatos en toda Europa y prohibir prácticas como el corte de orejas. Los ministros de la UE adoptaron su posición sobre la propuesta el año pasado en el Consejo y ahora se espera que el Parlamento Europeo vote sobre el asunto el próximo jueves en Estrasburgo, allanando el camino para las negociaciones finales entre las instituciones antes de que pueda alcanzarse un acuerdo sobre el texto definitivo.
Según las nuevas normas, todos los animales de compañía deberán ser identificados mediante microchips antes de entrar en el mercado, con el fin de reducir el fraude y permitir una mejor aplicación de las normas de bienestar animal.
Las lagunas del comercio en línea
Sin embargo, la legislación no obliga a las plataformas en línea a verificar los anuncios de animales de compañía antes de publicarlos, a pesar de que la mayor parte del comercio ilegal de mascotas se realiza por internet. Solo nueve países de la UE exigen actualmente que los vendedores cumplan unas normas básicas para vender animales de compañía online. Esta laguna permite a los vendedores ilegales publicar anuncios de forma anónima, eludir la concesión de licencias y evitar los controles de identificación.
Los eurodiputados han presentado una serie de enmiendas para abordar este problema concreto. Los grupos de presión quieren que los legisladores implanten un sistema de verificación sencillo pero eficaz, similar a la comprobación de una tarjeta de crédito, para garantizar la trazabilidad y responsabilidad de los vendedores en línea.
Un problema vinculado a esto es la práctica habitual de los vendedores que se hacen pasar por "particulares" para eludir la normativa. Así evitan los controles sanitarios obligatorios, el registro y los impuestos, lo que permite el florecimiento de un gran mercado clandestino.
Las exenciones aumentan el riesgo de "fábricas de cachorros"
Otra cuestión polémica es la exención propuesta para los criadores con tres camadas o menos. Los grupos de defensa de los animales advierten de que esto podría excluir de las futuras inspecciones a aproximadamente el 80% de los criadores, muchos de los cuales operan sin una regulación adecuada.
Según Eurogroup For Animals, un solo criador no regulado puede criar hasta 100 cachorros a lo largo de la vida de un animal. Se calcula que solo en Francia hay entre 20.000 y 30.000 criadores aficionados, muchos de los cuales producen al menos una camada al año. Sin regulación, estos animales corren el riesgo de ser criados en condiciones insalubres o poco éticas. En estas prácticas se incluyen las llamadas "fábricas de cachorros", donde a veces se mantiene a los animales encadenados.
Algunos eurodiputados piden que se eliminen estas exenciones. La organización protectora de animales Four Paws insta a los legisladores a garantizar que todos los criadores, independientemente de su tamaño, cumplan las normas de identificación, registro y bienestar básico. "Sin excepciones, y con trazabilidad total en las ventas online. En resumen, este reglamento debe estar a la altura de sus propios objetivos", reclama Georgia Diamantopoulou, de Four Paws.
Los refugios, bajo presión
Un último punto ciego de la legislación es su limitado ámbito de aplicación, ya que el microchip y el registro solo se aplican a los animales regulados, excluyendo a los callejeros de los que los refugios deben hacerse responsables.
Estas instalaciones se enfrentan a situaciones de hacinamiento y carecen de los recursos suficientes, lo que significa que recibirán una presión aún mayor debido a los animales de compañía no registrados y a las consecuencias continuas de la cría y el comercio no regulados.
"Para combatir eficazmente el comercio ilegal de animales de compañía y proteger el bienestar animal, las normas de la UE deben aplicarse a todos los criadores de perros y gatos, incluidos los pequeños y los aficionados", dice Iza Arriet, de Eurogroup For Animals, quien añade que el comercio ilegal suele proceder de criadores que recortan gastos e ignoran las normas de bienestar.