De los 4.000 corredores, sólo el 6% de las personas que participan en la centenaria tradición de los encierros son mujeres, según datos del Ayuntamiento de Pamplona.
Yomara Martínez, vestida con el tradicional atuendo de corredora de toros (camisa blanca y fajín rojo), esprintó el fin de semana en un encierro matinal que desafiaba a la muerte durante las famosas fiestas de Pamplona.
A pesar de encontrarse entre una multitud de miles de personas, Martínez, de 30 años, fue una de las pocas temerarias que corrieron con los toros en estampida durante las fiestas de San Fermín. "Al fin y al cabo, el toro no entiende de sexos, edades ni formas", afirma Martínez. "No importa si eres mujer".
Cada año, miles de personas se agolpan en las calles medievales de Pamplona para presenciar la centenaria tradición de los encierros. Muchos observan desde balcones y barricadas de madera a lo largo del recorrido. Millones más siguen el espectáculo por televisión.
Animan a otras mujeres a participar
Las mujeres corredoras de encierros son escasas, aunque Martínez y otras mujeres que participan en esta tradición cargada de adrenalina como algo más que espectadoras afirman que su popularidad está creciendo.
"Creo que muchas tienen ganas de ver qué se siente, pero no lo intentan por miedo", afirma Paula López, dependienta de 32 años que también participó en un encierro a principios de semana.
López cuenta que creció en el mundo masculino de las corridas de toros. No le asusta que haya tan pocas mujeres que participen en el evento. "Es complicado, pero muy emocionante", afirma López.
Los toros recorren las tortuosas calles empedradas guiados por seis novillos. Hasta 4.000 corredores participan en cada encierro, que se desarrolla a lo largo de 846 metros y puede durar entre dos y cuatro minutos.
Los expertos corredores españoles intentan esprintar justo delante de los cuernos del toro durante unos segundos mientras incitan al animal con un periódico enrollado. Las cornadas no son raras, pero son muchos más los magullados y heridos en caídas y amontonamientos entre ellos.
Una reputación empañada por las agresiones sexuales
La reputación del evento se vio afectada hace años tras las denuncias de mujeres que afirmaban haber sufrido acoso y abusos sexuales por parte de los juerguistas. En 2016, cinco hombres violaron a una joven de 18 años durante las fiestas de San Fermín en un sonado caso que desató la indignación en toda España.
Los hombres, que tenían un grupo de WhatsApp llamado "La Manada", fueron encarcelados durante 15 años tras ser condenados por el Tribunal Supremo en 2019. Desde entonces, los organizadores han dicho que han reforzado las medidas de seguridad y amplificado la presencia policial. Las mujeres no pudieron participar en los encierros hasta 1975 debido a un decreto que fue derogado un año antes.