Con su hoja de ruta de Defensa, la Comisión Europea quiere impulsar la producción europea de sistemas de armamento, pero la OTAN mantendrá las riendas operativas.
La Comisión Europea aseguró este jueves que su nueva hoja de ruta en materia de Defensa marca un paso decisivo hacia la recuperación de la autonomía del bloque en seguridad, al menos desde el punto de vista material.
El documento, de 16 páginas, es el resultado de meses de conversaciones entre Bruselas y los Estados miembros sobre cómo garantizar que la Unión Europea esté preparada para defenderse antes de que finalice la década. Algunas agencias de inteligencia han advertido de que Rusia podría volver a atacar a un país europeo en ese plazo.
La principal novedad del texto es que fija por primera vez plazos y objetivos concretos para metas ya señaladas en estrategias anteriores, como las prioridades de capacidad y los cuatro proyectos emblemáticos paneuropeos que la Comisión considera urgentes de financiar.
Entre estos proyectos destacan la Vigilancia del Flanco Oriental, cuyo eje central es el llamado muro de drones, ahora rebautizado como Iniciativa de Defensa contra Drones, el Escudo Aéreo Europeo y el Escudo Espacial Europeo. El muro de drones, por ejemplo, deberá estar completamente operativo a finales de 2027.
No obstante, la hoja de ruta no detalla nuevas fuentes de financiación ni ofrece estimaciones sobre el coste de estos programas, algo que, según la Comisión, se definirá en fases posteriores.
"Autosuficiencia europea en materia de Defensa"
Aun así, el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, defendió que la nueva hoja de ruta representa un paso hacia la "autosuficiencia europea en materia de Defensa". "Cuando hablamos de autosuficiencia, nos referimos a la capacidad de Europa para producir su propio material militar, modernizar su industria de Defensa y financiar su propio crecimiento industrial", explicó Kubilius.
El comisario subrayó que "autosuficiencia en Defensa significa independencia". Actualmente, cerca del 80% del equipamiento militar adquirido por los Estados miembros de la UE proviene de fuera del bloque, principalmente de Estados Unidos, según un informe elaborado por el ex primer ministro italiano Mario Draghi.
En resumen, la hoja de ruta busca incentivar a los Estados miembros a realizar adquisiciones conjuntas con el objetivo de reducir costes, acelerar entregas, cubrir lagunas de capacidad y, preferiblemente, favorecer la compra de material europeo. Sin embargo, un funcionario de la Comisión Europea, que habló bajo condición de anonimato, aclaró que "no se trata de crear estructuras operativas; eso corresponde a la OTAN".
Consultado sobre los posibles problemas de gobernanza que esto podría generar para los cuatro Estados miembros de la UE que no forman parte de la Alianza Atlántica, el funcionario señaló que, en caso de crisis o conflicto, "sería la OTAN la encargada de la gestión operativa, con los acuerdos apropiados para los países de la UE que no son miembros de la organización".
"Si se sienten amenazados, participarán en el esfuerzo. Si contribuyen a crear capacidades, es porque entienden que podrían verse implicados en el futuro", añadió. La Alianza Atlántica sigue estando fuertemente influenciada por Washington, su principal contribuyente. No obstante, se prevé que Estados Unidos reduzca progresivamente su presencia militar en Europa para concentrarse en la región del Indo-Pacífico.
La respuesta a las recientes violaciones del espacio aéreo en Polonia, Dinamarca, Estonia y Rumanía ha puesto de relieve ineficiencias dentro de la OTAN, especialmente en los sistemas de alerta nacionales, que pueden ralentizar la capacidad de respuesta en situaciones de crisis.
Las guerras del mañana
En materia de Defensa, la Comisión Europea camina sobre una línea delicada, ya que sigue siendo competencia exclusiva de los Estados miembros, dejando al Ejecutivo comunitario en un papel esencialmente facilitador e industrial. Algunos países han expresado reservas ante la propuesta de Bruselas de realizar revisiones anuales de las adquisiciones de defensa nacionales, por considerarla una posible intromisión en sus competencias.
Suecia, por ejemplo, advirtió en un documento interno visto por 'Euronews' que "es importante no introducir nuevas cargas administrativas en los procesos de seguimiento. De lo contrario, esto podría distraer de la responsabilidad principal de los Estados miembros: reforzar la preparación de la Defensa europea".
Sin embargo, comienzan a aparecer señales positivas de que el plan de la Comisión Europea empieza a dar resultados. Los Estados miembros se han adherido a los llamados grupos de capacidades, creados para coordinar y compartir adquisiciones en nueve áreas prioritarias, entre ellas la defensa aérea, las tecnologías de drones y contramedidas antidrones, los misiles y municiones, y los sistemas de artillería.
Esta semana se celebraron varias reuniones técnicas en Bruselas. Países como Países Bajos y Letonia asumieron el liderazgo de una coalición centrada en el desarrollo de drones, una de las áreas más estratégicas de la nueva política de defensa europea. El siguiente paso será el respaldo político de los líderes de la Unión Europea, que debatirán los objetivos fijados por la Comisión en la cumbre del 23 de octubre, donde la defensa ocupará un lugar central de la agenda.
Según un borrador de conclusiones al que tuvo acceso 'Euronews', los jefes de Estado y de Gobierno subrayarán la necesidad de avanzar en "proyectos concretos que refuercen los esfuerzos conjuntos de los Estados miembros en materia de capacidades antidrones y defensa aérea", además de acelerar el desarrollo de recursos espaciales destinados a la seguridad y la vigilancia.
Ante la pregunta de si la Unión Europea se está centrando demasiado en las amenazas inmediatas y descuidando los riesgos a largo plazo, el comisario Andrius Kubilius reconoció que el bloque ha reaccionado con cierta lentitud.
"Los drones irrumpieron masivamente en Ucrania en 2023, pero por diversas razones no nos estábamos preparando para ello", admitió. "El gran desafío ahora es aprender a ser mucho más ágiles y anticiparnos mejor a lo que ya llamamos las guerras del mañana".