El Gobierno francés lleva más de un año en un proceso de cambio, y la incertidumbre está perjudicando a su sector tecnológico. A las start-ups les preocupa que la incertidumbre política francesa se extienda al progreso tecnológico del país.
Las turbulencias políticas en Francia y un proyecto de ley presupuestaria que corre el riesgo de no llegar a su fecha límite están pesando mucho sobre el bullicioso sector tecnológico del país, que afirma que el barco francés "se hunde lentamente".
Es un cambio rápido para una industria en alza. Este año, París superó por primera vez a Londres como principal centro de startups de Europa, según una plataforma de datos Dealroom.
El Gobierno del presidente francés Emmanuel Macron había impulsado la innovación con planes como Francia 2030, un plan de 54.000 millones de euros en cinco años que pretende desarrollar la competitividad industrial y la tecnología. Este tipo de planes parecen haber dado sus frutos con gigantes tecnológicos como Mistral AI, Ledger y H.
Pero a las start-ups les preocupa que la incertidumbre política francesa se extienda al progreso tecnológico del país. "La actual crisis política de Francia no es sólo institucional: es económica, moral y estratégica", declaró a 'Euronews Next' Homéric de Sarthe, director ejecutivo de Craft AI.
Según él, los empresarios crean valor para la economía del país, pero en gran medida se sienten "abandonados" por el Gobierno. "Abandonados por los partidos políticos que bloquean el sistema, dejan que la deuda pública se descontrole y ven cómo los actores extranjeros se apoderan de nuestros mercados más estratégicos: la IA, la industria, la energía y la tecnología digital", dijo de Sarthe.
"Ya no hay capitán al timón, ni tripulación que dirija el barco. El barco francés es hermoso, lleno de potencial, pero se hunde lentamente mientras seguimos debatiendo en cubierta", añadió. La ausencia del capitán dificulta la asignación de fondos para la innovación en Francia, lo que, según las startups, dificulta la contratación de trabajadores y la creación de empresas.
"Esta inestabilidad política nos preocupa, ya que supone una carga cada vez mayor para las startups y, más ampliamente, para todas las empresas francesas", dijo a 'Euronews Next' Maya Noël, directora ejecutiva del grupo de presión France Digitale.
"La comunidad empresarial actual necesita estabilidad y visibilidad para seguir invirtiendo, contratando e innovando. Cada vez es más urgente alcanzar un acuerdo político para que nuestras empresas puedan seguir desarrollándose con confianza, tanto en Francia como a escala internacional", añadió.
La Asamblea Nacional de Francia, la cámara baja del parlamento, ha estado en constante cambio desde que Macron convocó unas elecciones anticipadas en junio de 2024 que resultaron en un parlamento dividido y una serie de primeros ministros de corta duración.
Noël declaró anteriormente a 'Euronews' que, desde las elecciones, el capital riesgo se ha abstenido de invertir y las empresas no han podido contratar debido a la incertidumbre financiera. La semana pasada también se produjo el cambio de la ministra de Inteligencia Artificial y Asuntos Digitales, Clara Chappaz, muy conocida en el sector tecnológico del país, por la relativamente desconocida Naïma Moutchou.
Exploradores por naturaleza
Las start-ups son exploradoras por naturaleza, ya que son las constructoras de las tecnologías y "está en su ADN enfrentarse a la incertidumbre", afirma Chengyi Lin, profesor de estrategia en la Universidad Insead de Francia.
Pero "se topan con muros cuando se trata de regulación y políticas: las startups se dan cuenta de que tienen que mover montañas, lo que ralentiza el desarrollo. Si la regulación es un riesgo conocido, la agitación política representa un riesgo desconocido".
Ese riesgo desconocido, especialmente cuando es difícil predecir el momento de la resolución, puede hacer que las startups se piensen dos veces si deben invertir en Francia o en otros países europeos, comentó Lin.
"Los inversores siempre tienen en cuenta los riesgos de los países, incluida la estabilidad política", dijo Lin. "Los efectos dominó de las turbulencias gubernamentales [van] más allá de la propia política".
Lin añadió que, si bien la agitación política a corto plazo no afectará a las grandes empresas tecnológicas como Mistral AI, puede que no sea el caso de las nuevas empresas francesas que tienen la capacidad de ingeniería básica, pero dependen de las políticas, las regulaciones y los incentivos gubernamentales para escalar.
Esto resulta aún más difícil, ya que el panorama tecnológico europeo "ya no se limita a seguir a Estados Unidos, sino que se ha quedado rezagado con respecto a China y quizá a otros organismos económicos", añadió Lin.
No obstante, empresas emergentes como Craft AI están decididas a no dejar que el barco se hunda. "Nuestros recursos -humanos, económicos y tecnológicos- no se regenerarán por sí solos. Es hora de salir a construir de nuevo: de cazar, de inventar, de asumir riesgos. Depende de todos nosotros volver a poner en marcha este país", declaró de Sarthe.