Los GLP-1 pueden servir como herramienta temporal para mejorar el peso y la salud metabólica en jóvenes o como puente hacia otras intervenciones, pero aún se desconoce su impacto sobre el crecimiento, la pubertad, la salud ósea y el desarrollo psicosocial a lo largo de muchos años.
Los fármacos adelgazantes son eficaces en niños y adolescentes, según un nuevo estudio que llega en un momento en que su popularidad sigue creciendo. Según la investigación, los fármacos para adelgazar conocidos como agonistas de los receptores del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) mejoran significativamente la salud de los jóvenes con obesidad o diabetes de tipo 2.
Estos fármacos, de marcas como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound, ayudan a perder peso imitando una hormona que reduce el apetito. Grupos de salud infantil como la Sociedad Internacional de Diabetes Pediátrica y del Adolescente (ISPAD) recomiendan estos fármacos para un reducido grupo de jóvenes con obesidad y diabetes.
El análisis, publicado en la revista 'JAMA Pediatrics', incluyó datos de 18 ensayos clínicos que probaron los fármacos en unas 1.400 personas de entre 6 y 17 años. El medicamento produjo una reducción significativa de los niveles de azúcar en sangre en los niños con diabetes de tipo 2 y una pérdida de peso significativa en los niños obesos, en comparación con los jóvenes que recibieron un placebo, o tratamiento ficticio.
No hubo diferencias significativas en la ideación o los comportamientos suicidas. Los niños que tomaron los fármacos sí experimentaron efectos secundarios gastrointestinales, lo que, según los investigadores, justifica una mayor atención. Los adultos suelen referir problemas como náuseas y vómitos.
Sin embargo, los investigadores observaron que la mayoría de los ensayos tenían periodos de seguimiento relativamente cortos. "Se necesitan estudios más largos e inclusivos basados en poblaciones pediátricas del mundo real para orientar la duración y el uso más amplio en los jóvenes", asegura a 'Euronews Health' Jiang Bian, uno de los autores del estudio y científico de datos sanitarios de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).
Los ensayos incluidos en el estudio también se publicaron entre 2012 y 2025, lo que significa que las últimas versiones de los fármacos podrían tener efectos aún mayores, señalaron expertos independientes.
Acceso a los adelgazantes
Los resultados se producen en pleno debate público sobre los populares fármacos adelgazantes: quién debe tener acceso a ellos, durante cuánto tiempo deben tomarse y cuándo debe el Estado hacerse cargo de la factura.
"Hay un número significativo de personas que adquieren recetas privadas y obtienen estos fármacos de donde sea, a menudo de fuentes ligeramente dudosas, y no queremos que eso ocurra con los niños", afirmó el Dr. Julian Hamilton-Shield, catedrático de diabetes y endocrinología metabólica de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre jóvenes se han centrado en los mayores de 12 años, explicó Hamilton-Shield a 'Euronews Health'. Eso puede hacer que algunos médicos se muestren reacios a recetar los fármacos a niños más pequeños. Ahora se están realizando estudios para probar los fármacos en niños de tan sólo 6 años.
Sin embargo, Hamilton-Shield cree que está "justificado" ofrecer agonistas del receptor GLP-1 a niños y adolescentes con obesidad grave y otros problemas de salud; por ejemplo, los que sufren apnea obstructiva del sueño, que obliga a ventilarlos durante la noche.
"Tienen una calidad de vida profundamente deficiente", afirmó Hamilton-Shield, quien añadió que los niños con problemas de salud relacionados con la obesidad "necesitan perder una cantidad significativa de peso para mejorar estas complicaciones, así como su sensación de autoestima y bienestar".
Hamilton-Shield señaló que estos fármacos deben ofrecerse en clínicas especializadas donde los niños también tengan acceso a apoyo de salud mental, dietistas y enfermeras que puedan ayudarles a mejorar su estilo de vida para que su pérdida de peso se mantenga cuando finalmente dejen la medicación.
Este ha sido un reto para los pacientes adultos, muchos de los cuales recuperan el peso perdido cuando dejan de tomar estos fármacos. Esto ha suscitado el debate sobre si los adultos deben tomar estos medicamentos de por vida.
Efectos a largo plazo
Los fármacos podrían ayudar a contrarrestar la creciente tasa de obesidad infantil, que preocupa desde hace tiempo a los expertos en salud. En todo el mundo, casi uno de cada diez niños es obeso, según UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
La obesidad infantil aumenta el riesgo de padecer problemas de salud a lo largo de la vida, como diabetes, hipertensión, cardiopatías y hepatopatías grasas. Según investigaciones anteriores, los niños con obesidad grave también tienen una esperanza de vida mucho más corta.
"Quizá los niños y adolescentes puedan beneficiarse más porque se trata de una intervención precoz", afirmó el Dr. Mohamad Maghnie, del Instituto Giannina Gaslini de Italia y de la junta de enlace corporativo de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica (ESPE).
Los fármacos GLP-1 podrían ofrecer "una oportunidad para empezar [a mejorar la salud de los jóvenes] lo antes posible", afirma Maghnie a 'Euronews Health', añadiendo que también debería hacerse más para prevenir la obesidad infantil.
Aun así, los investigadores señalaron que siguen abiertas algunas cuestiones sobre la seguridad a largo plazo de los fármacos adelgazantes para los jóvenes, así como sobre su posible carga económica y la gravedad de sus efectos secundarios.
"Los GLP-1 pueden servir como herramienta temporal para mejorar el peso y la salud metabólica o como puente hacia otras intervenciones, pero aún desconocemos su impacto sobre el crecimiento, la pubertad, la salud ósea o el desarrollo psicosocial a lo largo de muchos años", señaló Bian.