Una revisión exhaustiva no halló evidencia sólida de un vínculo entre el uso de paracetamol durante el embarazo y el autismo o el diagnóstico de TDAH en niños.
Desde que el presidente estadounidense Donald Trump vinculó el paracetamol con el autismo infantil en septiembre, y dijo a las embarazadas que "luchen con todas sus fuerzas" para evitar tomar el analgésico común, la comunidad científica internacional debate con intensidad la validez de esa afirmación.
Una nueva revisión en profundidad de la evidencia existente, publicada el lunes en 'The BMJ', concluye que no hay un vínculo claro entre el uso de paracetamol durante el embarazo y los diagnósticos de autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en la infancia.
Investigadores de universidades e instituciones de referencia del Reino Unido, Australia y España llevaron a cabo la revisión en respuesta directa al reciente debate sobre la seguridad del paracetamol durante el embarazo. Se suma a informes acumulados de científicos y agencias reguladoras internacionales que avalan que el fármaco es seguro.
"Queríamos revisar todas los estudios existentes en este ámbito para entender qué dice la evidencia hasta ahora", dijo Shakila Thangaratinam, una de las autoras del estudio y profesora de salud de la mujer en la Universidad de Liverpool.
"¿Qué calidad tiene? ¿Y cómo interpretamos el conjunto de pruebas, para que ayude a los profesionales sanitarios a trasladar esta información a las madres y sus familias?", explicó a 'Euronews Health'.
En la revisión de 'The BMJ', los investigadores analizaron nueve revisiones sistemáticas existentes sobre el tema para evaluar la calidad global y la validez científica de las afirmaciones.
Las nueve revisiones señalaban un vínculo entre el uso de paracetamol en el embarazo y el autismo o el TDAH en niños, pero los investigadores de 'The BMJ' observaron que muchos trabajos no ajustaban por factores clave de salud y estilo de vida, y que muchas revisiones de múltiples estudios eran de baja calidad.
Además, siete de las nueve revisiones recomendaban prudencia al interpretar sus resultados, debido al posible riesgo de sesgos y al impacto de factores de confusión que podrían afectar los hallazgos.
¿La conclusión de los investigadores? La confianza en los hallazgos sobre el tema es baja o críticamente baja, lo que significa que la evidencia disponible no tiene solidez científica suficiente para demostrar que el paracetamol cause estas afecciones.
Factores genéticos y ambientales vinculados a la neurodivergencia
La revisión de 'The BMJ' sugiere que cualquier relación podría estar en parte impulsada por factores genéticos y ambientales, u otras variables como la salud mental de los progenitores, su origen y estilo de vida.
En los pocos estudios que tuvieron en cuenta estos factores, los investigadores señalan que la asociación entre el paracetamol y el riesgo de autismo y TDAH en la infancia desapareció o disminuyó de forma significativa.
El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es un analgésico común que se vende bajo la marca Tylenol en Estados Unidos. Es uno de los pocos medicamentos sin receta recomendados a las embarazadas para tratar el dolor y la fiebre.
Coincidiendo con la rueda de prensa de Trump en septiembre, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomendó modificar las etiquetas de los envases de paracetamol para incluir la "evidencia que sugiere que el uso de acetaminofén por mujeres embarazadas puede asociarse a un mayor riesgo de condiciones neurológicas como autismo y TDAH en niños".
La revisión de 'The BMJ' pide más estudios de calidad que tengan en cuenta otros factores que puedan sesgar los resultados. Los investigadores señalan que ello ayudaría a mejorar la calidad de la evidencia sobre cómo el momento y la duración de la exposición al paracetamol puede afectar al desarrollo fetal.
Mientras tanto, Thangaratinam advirtió de que tomar decisiones de política sanitaria basadas en evidencia inconclusa puede tener consecuencias graves, y que se necesita más investigación que priorice específicamente la salud de las mujeres.
"Existe una brecha de sexo y género en la ciencia, y estudios como este subrayan de hecho la necesidad de priorización e inversión en el 51% de la población, especialmente durante el embarazo", dijo.