La contaminación en la capital de Tailandia ha descendido desde el pasado viernes, cuando la concentración de partículas en supensión de polvo y humo (PM 2,5) llegó a ser de hasta 175 microgramos por metro cúbico.
Aunque este lunes ya es de la mitad, las autoridades municipales continúan intentando dispersarlas con cañones de agua y han pedido a los habitantes que permanezcan en sus casas si pueden hasta que la situación mejore un poco más. Muchas personas intentan protegerse con mascarillas.