Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, en la esplana de la Iglesia 'Dominus Flevit', 'Jesús lloró'

Video. Domingo de Ramos cargado de simbolismo en Jerusalén y Qaraqosh

Bajando por el monte de los Olivos y con palmas en la mano para entrar en Jerusalén, como según las escrituras lo hicieron quienes acogieron a Jesús, así han celebrado los cátolicos el domingo de Ramos en la Ciudad Santa.

Bajando por el monte de los Olivos y con palmas en la mano para entrar en Jerusalén, como según las escrituras lo hicieron quienes acogieron a Jesús, así han celebrado los cátolicos el domingo de Ramos en la Ciudad Santa.

Una procesión que contó tan solo con la presencia de locales palestinos y residentes internacionales, debido a la ausencia de peregrinos por la pandemia. Tampoco pudieron asistir los miles de cristianos de Cisjordania y de la franja de Gaza, territorios ocupados y cuyas fronteras controla Israel, al no obtener los permisos israelíes para acceder a Jerusalén.

El recorrido estuvo amenizada por los grupos de gaitas palestinos, herencia del protectorado británico, y con la música y los cantos de los los Franciscanos que desde 1217 ostentan 'La custodia en Tierra Santa', es decir velan por los lugares sagrados cristianos.

Un momento cargado de significado fue la parada en la esplanada de la iglesia "Dominus Flevit","Jesús lloró", ya que desde ese alto donde la mirada abarca toda la ciudad, "Jesús lloró por ella mientras profetizaba su futura destrucción" según reza el Evangelio de Lucas. En ese lugar estratégico y altamente simbólico, Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, bendijo con una cruz la Ciudad Santa.

Pierbattista Pizzaballa defendió que "la misión de la iglesia" es "rezar por la paz" de la Ciudad Santa.

La procesión, vigilada por el Ejército de Israel, no pudo entrar en Jerusalén por la misma puerta por la que, según las Escrituras, accedió Jesús_ la puerta de la Eternidad o de la Misericordia_ ya que está tapiada desde hace siglos y así sigue desde que Israel tomó el control de la Ciudad Vieja.

En las mismas tierras de oriente, en Qaraqosh, lugar que visitó el papa en su reciente viaje a Irak, los cátolicos festejaban con júbilo el domingo de Ramos, el quinto que pueden celebrar desde que los terroristas del Dáesh abandonaron la ciudad gracias a la intervención de las fuerzas iraquíes y de sus aliados.

Últimos vídeos