Los manifestantes se congregaron el martes de la semana pasada frente a la Oficina de Gestión de Personal de Estados Unidos (OPM) para expresar su oposición a las medidas emprendidas por Musk desde su incorporación a la nueva Administración Trump. Dan Smith, residente en Maryland e hijo de un antiguo trabajador federal, subrayó la necesidad de movilizarse. "Una cosa es reducir el tamaño del Gobierno federal. Otra cosa es intentar destruirlo. Y eso es lo que está ocurriendo. Es espantoso y repugnante, y requiere un contraataque", afirmó Smith.
El trabajador federal Dante O'Hara expresó su preocupación por el aumento de las tensiones raciales: "Como trabajador negro, estos ataques a la diversidad y la inclusión se sienten como un Jim Crow 2.0: volver a segregar la mano de obra". Las leyes Jim Crow impusieron la segregación racial y privaron de derechos a los afroamericanos en Estados Unidos desde finales del siglo XIX.
Musk, como "empleado especial del Gobierno", está exento de las normas éticas y de divulgación habituales. A los demócratas les preocupa su poder sin control y sus posibles infracciones legales, lo que suscita dudas sobre la gobernanza democrática y la integridad federal.
El hombre más rico del mundo ha marginado a funcionarios de carrera, ha pedido acceso a bases de datos confidenciales e incluso ha ordenado el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), todo ello sin la aprobación del Congreso. Esta medida sin precedentes se ha topado con obstáculos por la vía judicial, ha desatado protestas y suscitado serias dudas sobre la rendición de cuentas y el Estado de Derecho.